lunes, 5 de septiembre de 2016

DEDOS DE LLUVIA

DEDOS DE LLUVIA

“Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas,
Una hoja cae; algo pasa volando
Cuanto miren los ojos creado sea,
y el alma del oyente quede temblando”
                 Vicente Huidobro

Una cosa es sentirse tocado
y otra saberse un tocado
La Poesía
“cuando voy a escribir tengo una manía
sobar la llave de mi casa
puede ser una llave que abra muchas puertas”

Todos nos sentimos tocados alguna vez
una risa furtiva, el toque de una mano
el primer beso, el primer fuego
el aceite de cierta religión
que te toca la cabeza
y luego el agua que refresca su calor
hay otras religiones, en cambio
que esotéricas
te sacan el fuego primigenio
del centro de las piernas con la lengua
y luego te ponen el agua fresca en tu cabeza.

Ah, pero los poetas
se saben tocados con el fuego
de todas las lenguas
El Lenguaje
y entonces unos aprenden el oficio
de las letras y llegan a llamarse Juan Villoro
los otros se dejan enredar en su tejido
y luego lo cotejan con los antiguos
ya que muestran con la sonrisa del asombro
y la pericia de los niños
que no todas las músicas se hicieron para juergas
unas solo para mantener el ascua de la ternura
otras para soplar adentro del espanto
estas otras para tejer sueños.

Puede que a Juan lo secunde el dedo de la lluvia
y altere la inspiración de Perico de los palotes
en su tableta que obedece más fácil a una gota de brizna
que a la huella de la cédula
inscrita en el látigo implacable

que fustiga lo que vale y lo que tiene un precio. 

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