DEDOS DE LLUVIA
“Que
el verso sea como una llave
Que
abra mil puertas,
Una
hoja cae; algo pasa volando
Cuanto
miren los ojos creado sea,
y el alma del oyente quede temblando”
Vicente Huidobro
Una cosa es sentirse tocado
y otra saberse un tocado
La Poesía
“cuando voy a escribir
tengo una manía
sobar la llave de mi
casa
puede ser una llave que
abra muchas puertas”
Todos nos sentimos tocados alguna vez
una risa furtiva, el toque de una
mano
el primer beso, el primer fuego
el aceite de cierta religión
que te toca la cabeza
y luego el agua que refresca su calor
hay otras religiones, en cambio
que esotéricas
te sacan el fuego primigenio
del centro de las piernas con la
lengua
y luego te ponen el agua fresca en tu
cabeza.
Ah, pero los poetas
se saben tocados con el fuego
de todas las lenguas
El Lenguaje
y entonces unos aprenden el oficio
de las letras y llegan a llamarse
Juan Villoro
los otros se dejan enredar en su
tejido
y luego lo cotejan con los antiguos
ya que muestran con la sonrisa del
asombro
y la pericia de los niños
que no todas las músicas se hicieron
para juergas
unas solo para mantener el ascua de
la ternura
otras para soplar adentro del espanto
estas otras para tejer sueños.
Puede que a Juan lo secunde el dedo
de la lluvia
y altere la inspiración de Perico de
los palotes
en su tableta que obedece más fácil a
una gota de brizna
que a la huella de la cédula
inscrita en el látigo implacable
que fustiga lo que vale y lo que
tiene un precio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario