jueves, 31 de diciembre de 2015

ENTREVISTA CON UN VAMPIRO DEL FUTURO




ENTREVISTA CON UN VAMPIRO DEL FUTURO
(A propósito de un nuevo lanzamiento editorial)

                                                      Por: Margarito Balanzo

En ésta dichosa nueva época decadente del narciso universal, del vacío existencial y de la proliferación de patrañas que intentan seducir un minuto para matar el aburrimiento y que, en consecuencia, el arte acoge también en su labilidad -lo que en el fondo es la fortaleza de inventarse también su patraña corporativa dejando de lado los compromisos de retratar la realidad monda y lironda de modo "bello", pues ya sabemos que la belleza vale un buen fajo en el momento y la circunstancia adecuadas- hemos sacado de nuestra multitud a un personaje que pretende contrastar todo lo anterior y que, para finalizar con broche de oro este penoso año literario en el que la basura si tuvo su fenómeno del niño para que nos hable de su nueva producción: "Baudelaire redimido". He de decir -nótese que ya no hemos, sino que he, puesto que no nos es desconocido- que nuestro personaje se autodenomina vampiro del futuro como una ironía que quiere hacerle gala a su voluntad de anonimato y que sustenta su afirmación en el hecho de que nuestra época ve ahora el famoso erignis de los filósofos, el espanto de la nada y la muerte con una sonrisa socarrona y que en el futuro acaso sea verdaderamente  un chupasangre pero con otras connotaciones. Sin más preámbulo transcribimos nuestra conversación.   

  - Para empezar, papi, háblenos un poco de usted.

 - Bueno -gesto de fastidio-, agradezca que somos cercanos de hace tiempo y buenos contertulios, de otro modo esos hermosos hoyos esnifadores suyos estarían ahora sangrando y no precisamente por causa del polvo.

 - Mis disculpas, pero es que creí pertinente darle un aire de popularidad a nuestra charla. Entonces, a propósito, se la cambio, ¿le gusta la sangre?

 - Pero sólo en morcillas.

 - No importa que sea humana?

 - Bueno ya lo dijo alguna vez papá Freud: Si el el ser humano ya acepta su animalidad no tendría porque rechazar proteínas venidas de sus congéneres. Quiero hacer la salvedad de que tal suministro no fuese industrial ni producto de la caza, sino más bien un poco de sostenibilidad ambiental. Los cementerios salen caros.

 - Parece que temiera aparecer violento.

 - Para nada, tu sabes que soy de la idea de que la violencia es mejor sentirla que despertarla.

 - O sea que su nueva producción, que no es ciertamente lo que se llama producción, puesto que ya nos ha confesado que es apenas un adelanto de algunas páginas y que sin embargo dice  usted que promete ser una verdadera bomba está esperando ser violentada, es ella misma violenta, se va a poner en la misma tónica de nuestra literatura llena de víctimas y victimarios cuando no es pornomiseria o papel finamente encuadernado cargado de garabatos anecdóticos para reciclar al día siguiente de los cócteles de lanzamiento?

 - Nada de eso, mi nueva novela pretende ser una verdadera amalgama de la actualidad sublimada en la que se intercalan y se suceden, mediante personajes que tienen las mismas contradicciones de las gentes de hoy, ricos y pobres, amantes y amados, actualizados y quedados de la información, todo camuflado en los disfraces de brujas que apenas son modernas, corruptos que se dicen ultra-posmodernos, posesiones venidas del pasado en personajes del presente, editores que contrastan con sus tendencias y manías, los distintos solapamientos del poder y la propaganda de ideologías, todo girando alrededor de un supuesto renacer del poeta simbolista, quien será la voz del inconciente colectivo metida en el narrador implícito.

 - Suelta usted fácilmente artificios técnicos que podrían prestarse para análisis de usos anticuados, de desconocimiento de las teorías literarias en boga, de que no promete que suceda nada realmente en su novela, sólo experimentos que pueden dar al traste con el éxito de su anterior producción ¿no teme usted -y se lo digo porque usted mismo nos ha participado en otras ocasiones que todo proyecto de descripción de la realidad que el ser humano no ha plasmado previamente tiende a desvirtuarse- lo que, según sus palabras, equivale a la superstición de la gente de que hablar de sus planes es deshacerlos?   

 - Realmente no es una idea mía, es una idea de Karl Popper quien lo dice  a propósito de que el intento de la ciencia de describir la naturaleza es desnaturalizarla y que lo corroboré alguna vez: Cerca de mi lugar de residencia hay una planta de energía hidro-eléctrica, al frente del río a donde va a dar el agua después de hacer su trabajo con la turbina, hay un árbol gigantesco que podría parecerse a una sequoia, como tu sabes, son árboles milenarios y enormes, en ese árbol, durante años ví como se reunían durante todo el año y revoloteaban cientos de golondrinas, un día me dio por escribir que ese fenómeno se debía a la estática generada por el choque del agua contra las aspas de la turbina y que las golondrinas tomaban energía de esa estática y disfrutaban del mismo modo que nosotros disfrutamos de la música; un mes después las golondrinas desaparecieron y nunca más volví a verlas. Respecto del miedo a deshacer la obra, pues he de decirte que ya mis editores digitales me han dado un jugoso adelanto que he disfrutado y gastado al doble, de modo que si la obra se ha de plasmar en la violencia y estática generada por el lío de devolver el dinero, pues que sea un motivo.

 - Para qué, para arrancar con adrenalina a responder por sus fanáticos?

 - O para seguir inventando otras obras que sigan en perfecta armonía con la naturaleza, pero de adelanto te voy a regalar unos versos que el protagonista, Baudelaire en el siglo XXI, publica a propósito de su gesta en un barrio popular en una acción de autorredención a la que por cinética se unen otros como si se creara una nueva secta y un nuevo evangelio:

Nosotros los humildes acusamos recibo de las chicanerías de los otros
y no para que salga a flote lo ridículo de sus aspavientos
sino para que quede registro al día siguiente de lo volátil
de las vanidades y el ego que busca nadar en el humo
de su miseria y su vértigo, la fiesta, los banquetes
el orgasmo de ser visto para ser depuesto.

Nosotros los humildes escribimos los silencios 
de los grandes 
y les ponemos cuernos a los disimulos 
para que quede clara la diferencia
entre los sirvientes y los funcionarios
aquellos reciben las migajas postrados
 mientras alimentan su rabia
estos están atentos a arrebatarle el inventario
de cada presa
mientras escancian el vino de la sonrisa
y embriagan los servicios de los espejos. 

NOTA: Esta entrevista no ha podido ser editada por apremios del tiempo. Esperamos fe d-e-rratas