jueves, 26 de mayo de 2016

MANES DE NATURALEZA

MANES DE NATURALEZA

Mientras que, por un mecanismo ineludible del existir, sin saber la relaciòn exacta de causa y efecto, los pobres manejan las incomodidades y síntomas de la influenza con sopa de vísceras de ave, ese remedio que regalan por unas monedas que el tacho de basura no paga, los ricos, se entregan, sin quererlo, a los secretos de la química, por una relación de principios sin solución de continuidad y manejan los mismos invirtiendo, a veces hasta millones en medicinas que contribuyen a debilitar sus defensas inmunológicas. A los genios despojados del arma del chamán, nos es dado, no sólo la posibilidad de elegir -obviamente la primera- entre mil alternativas, sino el don de conocer cuál es el secreto por el cual el sino de muerte que llevan todas las sangres no se ve pospuesto por el recubrimiento de basura  con que se recubren muchas, bajo la égida de deleznables y pútridos orgullos, sino por el sostenimiento de principios en guerra eterna con los atavismos que se enquistan en las mentes cubiertos con el albornoz del egoísmo. 

SEMBRANDO PIEDRA


SEMBRANDO PIEDRA

Parece mentira pero es la verdad,los rendimientos financieros son inversamente proporcionales a los rendimientos humanos y, lo peor de la ironía es que siendo los primeros producto de los segundos, la siembra de piedra en el convivir humano rinde cada vez cosechas mas fértiles y abundantes. La razón de tamaño despropósito solo tiene que ver con que la organización de la sociedad, especialmente la sociedad de la periferia o el mal llamado en el mundo global tercer mundo, ha impuesto unos filtros para la promoción y el desarrollo que tienen menos que ver con el cuidado de los valores instaurados para el mantenimiento del orden y la conservación de la especie que con la defensa a ultranza de la posición alcanzada a fuerza de lucha de clases y de conquistas malamente disfrazadas de civilizadas. Para muestra un botón: Quien esto escribe transitaba recientemente por terrenos adyacentes a una institución de prestigio -educativa para mas señas- que esta construyendo una inmensa mole de hormigón y acero para proyección y avance de la cultura, tremenda contradicción cuando, tácitamente se llega fácilmente a la conclusión de que la preferencia de inversión de los rendimientos que los dirigentes, los miembros de esa increíble bola de nieve que son los rendimientos financieros ideados por mentes lucidas y de pensamiento proyectivo, prefieren invertir en concreto por la convicción de que el grueso de los aspirantes al beneficio social, aun no tienen internalizada una estructura etico-moral y socio-politica que, una vez alcanzados los privilegios, no los lleve a desbordarse en la orgía del consumo, a sumirse en la ola de la era del vacío o a enarbolar la bandera de reivindicaciones que ya no existen dentro del las formas mas elementales del ritual de intercambio y pretensiones de validez; si tal argumento fuese mas o menos solido, entonces tendriamos que aquella gran porción de sociedad que sin los privilegios de clase o de afianzamiento político han venido preparándose para participar de la empresa del progreso, o al menos de la salida del problema de las necesidades básicas tan birladas como insatisfechas, hayas encontrado un canal, pero si mentes brillantes, si personalidades no descollantes pero si esforzadas, que es lo único que se puede aducir para que los pensamientos que ahora esbozamos, son infamadas a tal punto, no es porque la organización social tenga motivos sólidos para impedirlo, es porque el caos de la especie no permite sentir mas allá de una intuición desesperada y una atrofia del control del bajo vientre

MACHISMO DE MUJERES


MACHISMO DE MUJERES

Ellas también juegan al machismo -invertido pero machismo al fin-. Se dicen para sí mismas: Ah, la cosa es de machos, entonces vamos a jugar a la machera. Entonces ponen a funcionar todos sus dispositivos; tejen la red. Estudian todos los manuales de seducción -hechos por hombres, lógicamente-; basados en la observación y la experiencia: Cuando una mujer se mesa el cabello delante de un hombre significa que le atrae - el manual dice que le gusta pero no es cierto, es ella quien está midiendo el grado de gusto de quien está a la vista-; digamos que el hombre sabe también del juego y se percata, entonces empieza a desarrollar una serie de tics -ellas lo llaman tips-; no va, como el niño, a buscarle el lado, así sea de pelea, sino que empiezan a hacerse los célebres, a decir, te cogí mostrando el cobre mediante algunas señales inequívocas: silban sin ton ni son, fingen no darse cuenta de nada, entablan conversación interesante -ojala con un anciano o un niño-, pero inmediatamente pierden el hilo y se muestra desconcertados y se meten a la madriguera a hacer crochet -ella entre tanto se da una vuelta, tendiendo el hilo, entre la parte más cercana y vulnerable de la presa, digamos sus ojos que no se pueden detener ante alguna falla de decoro de las partes íntimas, y el centro de la red-: Si supiera que me ha inspirado un hermoso poema (y no se lo escribo hasta que lo merezca), pero mientras el hombre hace su crochet, no imagina que en tanto ellas segregan su fluido de hilo de seda, están sintiendo un enorme deseo de que ese fluir se detenga debido a una avalancha caliente; es perdida de energía tender la red; cuando cae una presa igual se la comen, pero no es la que habían escogido del menú.
Mas, supongamos que, por un momento, mientras él la observa en el reflejo de la pantalla del computador cuyo gemelo esta íntimamente ligado por su indiferencia e incongruencia de, nada de música, nada de páginas sociales, nada de chats, pura ciencia monda y lironda: Química no nuclear. Entonces el poema se apodera de su ser, lo escribe, lo publica en su blog, se lo envía a la página de Facebook; entonces ha caído en la red, pero el cuerpo incólume que espera que otra ilusión venga a salvarlo es el cadáver intocado que flota entre los trofeos ufanos de la red. Para saciar el antojo se va con el galán de la oficina o se atreve con uno que se lanzó a la red sin saber nadar, generalmente perdonan el desliz, no sea que ese chapucear destruya totalmente las bases defensivas contra plagas como el amor.