viernes, 28 de agosto de 2015

PRODIGIOS

PRODIGIOS
Ya no es común temer a los prodigios
Como en los tiempos míticos
Ahora que sabemos que somos pequeños monstruos
Babeando conocimiento
Bamboleando las bolas
De los avances técnicos
Como perros gordos y mimados
Queremos aprender de ellos
Que se sienten más importantes
Si no salen en los medios
Ni los venden a dos por cinco
O hay que pedirlos con un siglo de anticipamiento
Y se aparecen de pronto
De la mano de un comic, por ejemplo
Para empezar a trabajar un invento
Que será comparable y patentable
A saltar sobre la propia sombra
Sólo que con pequeños aditamentos
-léase trucos- unas gafas
O baratos sortilegios de mover montañas
O insertos en una dimensión múltiple
Gozando de un orgasmo al tiempo con la mujer maravilla
En tanto animamos un evento de ejecutivos que reciclan
Basuras mentales
O nos escondemos debajo de un sismo
Para que el sosiego pueda vernos
O para que algún dios de nuevo hable
Ahora, por ejemplo,
Saludando a un pequeño elfo
metido en un libro de poesía
vendiéndome el don de anticipación
serendipia de lectores de los nuevos tiempos
un estornudo de biblioteca
que al día siguiente será un poema
la huella dejada por un tal Clive Wilmer
qué pena que no fuese Ow(e)n y hasta ovni
Tu con tu libro. Yo incapaz de leer…”
Prodigios de presencias que entran y salen
De la vista con aura de figura humana
Apercepción con técnicas de espejos
Ordeñar sin dolor la sangre de los tontos
Nadie se da cuenta en su propio sortilegio
Y ya que el hito marcado
De no ser por la fe aura y figura serían un pleonasmo
Barrido por el garbo
Para que una aprendiz de brujo-médico lo vea
que espera lamiéndose con disimulo las comisuras
A que la maleza del olvido le cubra –al hito-
Y quizás un día, allí, crezca la flor de una sonrisa
Con aroma de fresa y gusto de frase
Sin tener que enviar cartas a la luna.