sábado, 4 de febrero de 2017

ESCATOLÓGICAS

PEQUEÑAS ESCATOLOGÍAS CON-VERSADAS

Quizás el valle de lágrimas
también esté en el firmamento,
ese telón de fondo de la película
donde todos estamos pendiendo
de la-grima con puño de acero.

Sé tú primero
en caer de semejante altura
¿cómo es?, me preguntas
y yo sólo sé responderte con el ve-eso
una flor no nacida buscando raíces,
la poesía.

***
Me huelo a perro
a mí mismo en mi ámbito
menos mal que no huele a mierda
mi aire
aunque hayan sido necesarias
cinco cervezas y un descenso
a los infiernos
de los que sabe una luna perra
noble como todo descenso
no animal, pero espejo.
***
La comunicación
entre tu cerebro y tu corazón
¿es la misma
que la comunicación entre tu cálculo
y tu cosita?
pregunto,
sólo porque no creo
que lo sepas
con toda tu sabiduría
de niña inocente
que se mantiene
en todos los maduros títulos
de tu filosofía,
vivencial
que el cál-culo
por lo que c-al-culo
no le sabe
lo que la pasión
le sabe al gusto
y lo digo
porque sabes
por lejana vía
lo que sabe el molusco
que la sal refina
en el aire del alma
lo que el agua limpiar sólo
la valva y tu vulva
abriéndose entre aire
y reflujo lo asegura
en él me afirmo.

***
A-ti-le-hago-la-carta,
cartílago
-aunque no correcta retórica-
del tiempo en que andaba desnuda
la madera fina
y ahora que de pelota, pé-talo
te has vestido árbol
para ir con la suvidad
de la mantequilla
Sí, da-d-velo, velocidad
aunque mal hablado
poeta de la verdad
más espíritu exquisito
es-a-ti-a-quién-cito
a mi secreta morada
donde un hada de amor
se demora
pues es que loor de dolor
canta en la corte, esa corteza
que es sensible
al viento como cuchillo
te habla, piel y más
no te digo
porque debes ascender
otro escalón del camino.
***
No se bañaba el mismo personaje
pero corrían de nuevo las aguas
por el mismo río,
la espada de Kung
había adquirido un nuevo filo
todavía tan fino
que las hojas de bambú
cortadas a su contacto
volvían a ser ellas mismas
y el arroyo seguía cantando
su misterio mudable siempre él mismo
no obstante, tal que el filo
había sido renovado en la piedra
de la nueva dicha
hecha con fino polvo de corrupción
había hojas que se tropezaban con el filo
y formaban remolino, no pasaban
Kung las tomaba aparte, como semilla
para reescribir los principios

en los palimpsestos del olvido.

MI PAZ

MI PAZ
Harto hasta las caimas de la paz
entera la caca de las cloacas propagandas me he tragado
allí donde cultas y elegantes pajaritas pescan
oro líquido en sus trasmallos bienpensantes;
champañas burbujeantes se elevan por las redes
y en copas inanes la esperanza se escancia
estrujando el aire enrarecido en el galope de la sangre;
el miedo aún no ha domeñado sus caballos
y el pienso humilde aún no aprende a fertilizarse
en respuestas del eco que emerge de ese túnel vacuo
televisando los bollos sociológicos surgidos
en la digestión de un banquete inopinado, empero opíparo:
Oportunidad calada en sirope de si-pero,
emprendimiento fermentado en agua de estirpe,
letra menuda con vanidades en almíbar,
ignorancia trufada con chispitas de bohemia,
desdicha suavizada con vinagre de crimen organizado;
postres a elegir: Fraternidad flambeada en ron con leche de secta,
vicio afrutado con derecho constitucional,
sangría contractual con gotas amargas tributarias
paciencia de pobre a la berenjenal…
Yo tenía mi paz de Primera comunión
y la llevaba a pasear con su misal gentil;
yo abría mi ventana de paz generoso-solidaria cada día
y entraba su sol de sonrisal ingenuo
y calentaba cartas que enviaba sin membrete de gremio
a los altos escaños para el pie estrato bajo
partituras de proyectos para el uso de su música ilusa
a tocarse con fruición en el desconcierto general:
 sonado su sonsonete ya en todos los Testamentos.
Pero me volvieron bandida mi paz y marrullera,
mi paz se estudió, curriculum al uso, gusano-parásito
y se graduó sin honores al secreto aplauso;
y empezó a dar declaraciones mi paz
para psiquiatras preñados por el desprestigio
y escondió el rubor mi paz
en los cuencos de la moda
y ella al modo de mofeta se meó en la fe…
Así que ya no es comible la carne de mi paz
aunque vejez y muerte estén diciendo lo contrario.