viernes, 16 de diciembre de 2016

TOCCATA IN FUGA

TOCCATA IN FUGA
Googleas, lo que significa que le das al garbo de tu espíritu lo que el rabo no le dio a la torpeza de tu lejano participio. Garbo=hacerle-g-al-rabo. Y entonces el lenguaje es otra cosa. No te importa lo youtuber; ahora el rabo se menea en otra parte, pero tu arruga se mantiene bien chupando de la raíz del árbol luego de que la naranja mecánica ha caído al abismo. Sintonizas una onda que lanzada hacia un futuro distinto, del que ahora devuelve sus ecos, en el mismo metálico instinto: Sonda Venus, Voyager, la frontera y el extraviado camino aferrado de la mano de Giordano Bruno: Mucho, mucho, mucho de caminos, mucho de planetas, mucho de paralelismo pero ninguna fe integrada que respalde tanta inquisición. You tube, Brain salad surgery, el foro y sus ídolos: La tocata. in-fuga; significa miedo de ti mismo. Te da un like; recuperas un hilo roto de la madeja, haz dado otra vuelta y te paras en la misma hifa del hongo en que se paró el espíritu de tu generación y de tu época. A Borges no le importa, se envanece de que ahora lo mires, entre otras lides, dándose lances con el compadrito, al son de una milonga y todos los Gardeles, pidiéndole que les envíe algún Epulón a su sequito.

Ay, la memoria y el olvido. Esas momias del pasado con pasaportes que miran con desdén los porteros del futuro.     

VIVE O DÉJATE MORIR

VIVE O DÉJATE MORIR
Vive o déjate morir, envidia; parece decir un lema de los nuevos modos de lucha simbólica moderna –aunque sea un pleonasmo no ostensible, pues toda modernidad es de nuevos modos, y dejando de lado el asunto posmoderno, pues, a ese tenor, lo posmoderno sólo podría configurarse como un acabamiento de todos los modos-. Y es que el metal en que se forja hoy la espada que esgrime el símbolo es verdaderamente de pacotilla. La reflexión se propicia cuando el pensador, sentado al arbitrio del tedio en un día de inicio de fiestas paganas con telón de fondo judeocristiano, en una cafetería de pueblo, se toma un café y sintoniza un medio de difusión de un establecimiento educativo. Es un programa musical. La mixtura no puede ser, ahí sí, más posmoderna. Se combinan la inquietud de si importa saber si el emprendimiento de negocios de la cafetería, con su diseño de avanzada para clases populares, proviene de un estímulo oficial o de gobierno, de un patrimonio campesino y familiar que se ha esmerado por colonizar lo cosmopolita, de algún misterioso capital que se pierde en los meandros de los solapamientos financieros que de todos modos tienen un pseudocontrol alcahueta, o simplemente es la apertura de un espíritu benévolo que debió abrirse camino por un medio maligno –lo cual no es tan simple pues implica la banalización del mal, lo que tampoco es digno de censura a primera vista- con la nostalgia de la banda sonora de un pasado reciente, pero absolutamente en inglés. La canción que suena se llama the tire is high del grupo Blondie. Los comentarios los hace Manuela Zapata en compañía de un Oscar que se debe sentir orgulloso de una palabra como Hollywood. Es seguro que un gran porcentaje no pone mientes en el asunto de entender qué dice el parlamento; lo importante es que la melodía sintoniza con un cierto tipo de ambiente emparentado con la eterna bohemia. Antes había sonado Janis Joplin la flamante suicida miembro del grupo de los 27’s. Pero también es segurísimo que otro porcentaje más o menos alto se siente en un nicho diferente de clase y de status porque sus sinápsis están trabajando en el excelente ejercicio mental de manejar dos lenguas; y no es que aquí queramos recordar el proverbio inglés según el cual todo aquel que habla dos idiomas es un bribón, citado por George Simmel en “filosofía del dinero” , sino porque la pobreza social que implica el hecho de que los estímulos de adiestramiento se ciñan a terrenos tan deleznables, opacan ciertas tendencias espirituales y sociales que desde los sectores marginales tratan de no dejarse socavar el camino logrado mediante esfuerzo y sacrificio. Es cierto, para un estudiante de lenguas modernas debe ser un ejercicio utilísimo; para un estudiante de comunicación social, le implica irse adiestrando en ser un profesional integral, aun cuando los énfasis en ética y deontología si no son superficiales son sesgados; etc.

En esas estaba el café evaporándose a sorbos muy pequeños y espaciados de buen barista cuando el pensador, absorto en su vidriera amplia diáfana y bien ventilada miraba el pasar de la mascarada del mundo. También es cierto que toda la miseria espiritual de la época se manifiesta en otras formas. Cambia el dial del Smartphone, se anuncia la sinfonía patética de Tchaikovski. Tanta vulgaridad que se pasea dichosa es causa de que la violencia por neurosis libidinal sea mucho menor que en siglos anteriores; pero la violencia por exceso de apetito por sobreabundancia se ha disparado. El pensador registra un mensaje en su dispositivo de actualización estética de la sensibilidad adormecida: Quisiera ver un solo rico, que no sea ni filántropo , ni enfermo, ni artista verdadero, que no sufra del síndrome de exceso de apetito, es decir, de Hibrys, de desmesura del poder. Y, entonces, qué pasa con la situación actual de la educación, caso Carolina Sanin que como niña malcriada pisotea todos los postulados de niño bien y se dedica a proferir insultos de grueso calibre, a cazar querellas poco razonables para su condición, a querer comerse el mundo de un bocado; no será que esos dioses que andan por ahí sueltos, mal digeridos, mal destronados, llamados manía, hermetismo, oligarquía, hipocresía, le están poniendo a la sociedad un espejo que le grita qué inflada estás comiendo ciencia, es hora que te pongas en dieta sincera; el mundo ya no es niño para dejarse conducir sin razones apropiadas. Las formas de adaptación de los sistemas al devenir parecen estar generando una entropía que se acumula en el depósito del saber que ya no es la enciclopedia, es una olla de presión insoportable.
Hoy todo gira en torno a la economía y esa, es en gran parte, la causa de tanta dicha del mundo de hoy, valga decir, por la cultura, pero no felicidad por falta de desarrollo de los pueblos. Más, hay eco-del-nomos que está resonando en el oikos, deberíamos escucharlo, desde las universidades, desde la parranda o desde los corazones.