lunes, 27 de abril de 2015

SUSANA CASTELLANOS


SUSANA CASTELLANOS: Encantadora. Con la emoción que nos lleva a imaginar un agua clara, o al menos honesta; pero ¿qué podría significar un agua clara y qué una honesta? Lo que debe significar para el gato –o el tigre- que por instinto es reticente al agua y qué, supuesta aceptable la metáfora o la parábola del hombre cuyos miedos atavicos le han hecho desarrollar primero la intuición en el mito, acerca de lo que es o puede ser la realidad y el mundo, y después la razón en la ciencia, se va de la mano –o se mete- con un agua -o una mujer- desconocida, sólo porque intuye que al ser un pozo donde razonablemente se ve el fondo y, del mismo modo que, por aquella idea por la cual la apariencia nos hace desconfiar puesto que casi nunca concuerda con la esencia, nos ponemos a pensar si, ya que se ve el fondo y el fondo es cenagoso, pero hechas las conjeturas pertinentes se llega a la conclusión de que el cieno es simplemente el sucedáneo del arma defensiva del calamar para, en el caso que nos ocupa, cuando la escritora que no ha tenido empacho en hablar con propiedad y fluidez de brujas, vampiros y el mal en general en la literatura y que en contraste de la forma en que define a su hijo “feminista” como un feminismo diferente, acaso ingenuo del que ella misma profesa y en el cual, por el poder de especulación que el tigre convertido en hombre, hace acerca de si en lugar de cieno en el fondo hay piedras y ¿qué se esconde debajo de ellas? Entonces esa emoción se convierte en un desafío.

El desafío se configura en el hecho de que si esta autora ha sabido convencernos de que, a diferencia de lo usual, según lo cuál es el hombre quien “mira” y define lo femenino, hay mujeres que se han interesado por definir, racionalizar, profundizar en el gran misterio que su condición implica; ese misterio, que ha hecho que la sociedad y su desarrollo para el cual la noción de progreso se convierte en una serie de estrategias y tácticas que buscan dominar, esclarecer, o cuando menos dejar de lado lo obscuro, lo azaroso, lo arrebatado, para definir la figura de lo femenino como algo peligroso, impredecible, de cuidado, si no se subordina al método de iluminación visto con lentes masculinos, entonces, luego de llegar a esa conclusión que en contraste con la convicción de que ese muchachito de veintidós años que ve lo femenino en términos de una proclama de igualdad, nos hace sus prosélitos, ¿debemos abandonar nuestra naturaleza de macho experto y diestro en el manejo de las armas que el género nos proporciona? ¡Qué la fuerza del amor acompañe a nuestro tigre de encontrarse en confrontación accidental con la manta raya!   
Debe ser por lo anterior que oponemos la más mínima resistencia a lo femenino como principio creativo. ¿acaso no suena razonable que la teoría del Big-bang es el estallido primigenio de la vagina cósmica que la imaginación masculina volvió dentada en el afán de creer que el principio de génesis es el penetrar los obscuros laberintos que taladra el pene. La imaginación no es más que invaginación, ese deseo desmesurado de volver al tibio laberinto donde la conciencia de sí no angustia y para mantener la ilusión de dominio el ser se inventó -por gracia del esfuerzo masculino- los ojos que guían y dan sentido  la luz.           

jueves, 23 de abril de 2015

OPINADORES POR ENCARGO

OPINADORES POR ENCARGO
PABLO CASACUBERTA: Nunca pude concebir claramente el efecto vque se debe transmitir al taco para lograr la carambola a tres bandas; entonces puedo pensar, más fácil, sin ser tampoco un maestro, en el mate pastor.
Una personalidad que te hace sentir, mientras corre el rollo proyectado en el telón de la mente, que asistes al espectáculo de la fachada de unja casa  que representa u8n pueblo y que, contrariamente al apelativo (Casacuberta) no tiene techo y las ventanas están abiertas aunque la puerta ostente un aldabón magnifico (casa respetable). Uno siente que podría encaramarse en la escalera de su inteligencia –que no de su ilustración incompleta- y colarse por una de las ventanas y esperar tener la fortuna de ser invitado a matear. Pero entonces vuelve la imagen de que adentro, como un hormiguero pequeño, bien organizado,, que no llega a ser la mitad del hormiguero caótico que es la ciudad dew Bogotá, vive un pueblo; un pueblo que no sabe de las angustias por tener éxito, que no sabe de losm intríngulis faranduleros, que no sabe de las atenciones rituales del socializar y alivia las tensiones con una culta indiferencia, pero sabe del peso de las dictaduras, sabe de educación bien orquestada por el Estado (al menos en los pocos que se toman en serio la indiferencia de vivir en un mundo rico de cosas aburridas por complejas y poco comunes pero interesantes), sabe de ponerse en escena sin esperar el aplauso o temer el apabullamiento, entonces te das cuenta que las distancias formales, las distancias de clase, de la influencia, te van a recordar que la sensación que gravita en tal contexto (pueblo uruguayo influido por el argentino en contraste con el pueblo colombiano sui generis) es la de que perteneces a una extraña aldea de aborígenes que apenas aprenden a poner techo a la choza con hojas de palmas y lianas que hilan y articulan una gutural y oscura forma de comunicación en la que la violencia simbólica es casi tan onerosa como la física y proyecta mentes simiescas. Epifanía del ego armado de la capacidad de hacerse oír sin despertar reluctancias.
Pero entonces viene el verdadero telón de fondo de la cultura audiovisual con un producto tan desconcertante como argentino: El hombre de al lado. Un matón que armado con el ropaje de las formas corteses inocula la actitud del superhombre que ha sido capaz de salir indemne de todas las formas de romper las reglas morales y, peor aún, las legales. Al establecer una querella con su vecino, un arquitecto prestigioso y educado que orgulloso de ser el usuario de la única casa que Le Corbusier construyó en América, le reclama por abrir un ventanuco que viola la intimidad protegida por la ley, se ve intimidado y caricaturizado de sus modales burgueses, al punto que casi se convierte en un íntimo por cuenta de las relaciones sociales en las que ya se ha logrado camuflar lo deleznable, decadente y criminal entre lo exclusivo pero que por una jugada maestra de justicia poética, cae como un vil depredador depredado, víctima de un último impulso del instinto gregario. Este hombre de al lado debe haber sido algún traqueto colombiano. Un botón basta de muestra a los demás, a la camisa.

WILLIAM OSPINA: Que un desmenuzador de generalidades que habla de generales y bandidos, de aristocracias y última casta, de Cromwell y Uribe que ha tenido que batallar por más de cuarenta años con miríadas de palabras entreveradas en la historia de la injusticia, la pobreza, el abandono, el sojuzgamiento de las masas, se haga con la admiración de públicos ávidos de fluidos claros en el discurso, en las pláticas, en los foros, y cuya avidez está alimentada por la propia incapacidad de articular posiciones sensatas y nítidas que al tiempo sean razonables y sinceras, no significa que realmente esté mostrando la realidad de un pueblo en sus posibilidades y anhelos viables de cambiar un poco las cosas para que sigan igual, pero tampoco de mostrar formas revolucionarias que sin traumatismos den un vuelco al estado de cosas. Este es, más bien, un ejemplo de los intelectuales que se meten de soslayo a políticos y que finalmente se convierten en encantadores de serpientes adoptando el rol de “utileros”  de escena de telenovela que saben que el gran edificio de la sociedad democrática tiene su primer piso como inmenso hangar de performance y que, cada noche, cuando todas las ambiciones e intereses se van a dormir, queda un inmenso vacío listo para ser arrendado al director del día siguiente. Lo simpático es que estos intelectuales, cuando tienen que tomar el as-censor que los lleva a los pisos superiores para reclamar sus emolumentos –no parece apropiado llamarlos honorarios y regalías ya parece demasiado ofensivo-, no se encuentran con oficinas que digan: Departamento de Justicia o de contabilidad, o Departamento para la equidad, sino que se encuentran con un inmenso aviso que reza: STABLISHMENT, ante el cual no es difícil imaginar que sienten un ligero escozor recorriéndoles la espina. Quizás sea mejor cuando a ese edificio se pretende entrar con ajadas credenciales de ARTISTA.

MARCEL VENTURA: Podría suceder lo que a alguno, cuando se acuesta con el nombre y no con la persona. Luego del encanto instintivo uno siente una repulsión de la que quiere deshacerse inmediatamente. Entonces llega alguien que sí se ha acostado con la persona y te pega un bofetón para defenderle su dignidad. ¿Un bribón que enmascarado de charlatán ha encontrado la fórmula perfecta para un negocio misterioso que se deja seducir fácilmente por los espejismos? ¿Un charlatán rematado con excelentes relaciones públicas? La anécdota de las dos semanas encerrado con Xavi es irrelevante puesto que el producto a diseñar era una construcción formal, un libro genial no es una construcción formal, es una subjetividad formalizada. ¿Acaso el amigo que todo escritor con talento y sin suerte necesita para convertirse en su editor a manera de padre alcahueta? O simplemente el típico ejemplo de la actualidad social en la que corren tiempos de literatura gourmet que sabe cocinar bien el feroz cazón en medio de la humanidad que busca desesperadamente olvidarse de que la cultura de los tiempos contemporáneos es una máquina feroz y robotizada con cara humana digitalizada.     


ENÉSIMA CONTRA GNÓSTICOS

ENÉSIMA CONTRA GNÓSTICOS
Estaban jodidos
Los brujos baratos
Y hacían lobby con sonrisa forzada
En la antesala del acaso
Se basaban en las pobres doctrinas
De la imposibilidad del conocimiento
Y el mal no culpable
Sin conversar con la ética
Y extrañaban la fuerza de Ulises
Que a ellos no les alcanzó
Para retornar a su Ítaca
La gnosis miedosa
Que un día estableció
Régimen a la ignorancia
Ahora que los bueno
de ellos nos reímos
ellos siguen haciendo cábalas
y se copian de los libros científicos
acerca de la filosofía de la mente
pero se quedan en el pobre umbral
de ostensiones sin piso

y sin resultados.

jueves, 16 de abril de 2015

POÉTICAS DE ABRIL


TRUENO
Nuestro, es-trueno,
El reino que habitamos sin saber
En el sueño y el desmayo y el orgasmo
Reino administrado por un mayordomo descuidado
Y un legislador cuyo decreto queda publicado
Cuando el umbral de sombra inundado por la luz
Pierde validez
Y entonces el paso a paso que ofrece la cosa
La fruta madura y la ebria uva
Y la historia lista
Para hacerse su publicidad de reina ilusa
Hace olvidar el afán, la inquietud
El trueno y el rayo, la muerte, dónde están?
* * *
PRINCESA CASSAMASSIMA
Mi-masa- y-su-casa-sé
que cabe en una cabeza
de princesa, Cassamassima
esa sima de mi camino
recorrido como historia
del gran desequilibrio
librado siempre por la mano superior
de un sentimiento noble
que cede a los impulsos voluptuosos
del intestino
pobre pueblo que echa-su-lar
en el charlar
y cuando tiene que hablar
pierde las riendas
por falta de real-ización
de sus más caras armonías
¡ay, mi belleza!
De cuadros pintados en malicias
De Monalisa
No sabe que ahora, por fin,
Me he esfuminado en la niebla
De las más insulsas groserías
¿para qué?
Para ver el verdadero rostro
Con que cada cogote afila la hoja
De la guillotina
Con o sin justicia
Del amor o el desamor
De la suerte o la desdicha
De la inteligencia o la estulticia
Que ahora hace ángeles de sílice
Y holografía
Y cielos reciclables
En basuras anestésicas
Y sinestesias lingüísticas
Y dioses democráticos
Que azotan la iniquidad
Con poéticas políticas de plástico
En contabilidades sin balance final
Y transparentes y suntuosas
Guaridas escondidas
Del odio penal internacional
 fin-ansias
de la hija de la virgen
que nunca quiso llamarse
Christina, la ungida
De cielos paralelos.

* * *

RECORDANDO A EDUARDO
(Eduardo López Jaramillo)

Will-man, With-man
Salinas entreverado, empastelado
Re-con-minado
Entre las en-cintas
Del blues antiguo,
El descuido de la encrucijada
Donde el hombre-aquel, el difuso
Duende que camina, el amigo
Del guau-lobo que no perdió la huella
Entre la nieve
Pero se la guardó el pre-cursor
Para cuando el pionero
que al fin abandonó la brújula
volviera a encontrarlo
en el sinuoso camino digital
antes y ahora: EDUARDO
pelos-Lopez, Ja-ramillo
donde Pound también dejó su carcajada
pesando en una ribera del Nilo
la garza viajante viajanta estafada
desde la pirámide
con su pasaje directo a Sirio
al sitio
dónde la amada Andrómeda
con otro nombre
se instaló esquiva y lujuriosa
Ahora, cagando los últimos vestigios
de concordia y civilización
con guano sin substancia ni anhelo
ni esperanza
de árboles lejanos y solos
exclusivos de las islas bienaventuradas
sirviendo de materia prima para la calandria
que dejará escribir la historia futura
todos perdidos, extraviados
en tu búsqueda
de un cielo fantasma.

* * *

DOS BESOS

Dos besitos tan sólo, rosa rara
Pudo darte aquel, tan conocido extraño:
Uno en el dorso del pétalo más opuesto
Y más lejano
Del pistilo palpitante
Y otro en el mismo cáliz
Donde un traidor entregó
Al Hijo del Padre
¡ay!, si tan sólo hubiese besado
Ese corazón y su espina
Por más que dos adentros
No se hubieran dado el fuego
De lengua y saliva
Con el que germina un suelo
De nombre raro
Que todos cultivan
De miedo para adentro
Y de orgullo para afuera
Hastío
Hoy el rosal estaría inundado y florido
De botones de emociones
Y montones de chispazos de las alas
De canciones cantadas  por mil bichos
Sin valor y sin estilo
Que revolotean en  la sed
De tu polen y tu sino
Y seríamos cercado jardín ufano
para mirones que perdieron el destino
¡hoy mi corazón quiere colgarse
Del horcón más alto
De tu recuerdo triste!

miércoles, 1 de abril de 2015

UNA PEQUEÑA ENTRADA AL CIELO

UNA PEQUEÑA ENTRADA AL CIELO


Este era un tipo inteligente pero tan bueno que no se había dedicado a mirar por hacerse a su propio pequeño mundo, igual que todos que aspiran a conseguirse su madriguera, su pareja, su instinto vital de cazar -el dinero-, reproducirse, dar amor y  potenciar la especie -además de fornicar de vez en cuando con hembra que depara el azar-, hasta que una última jugada del azar iluso le mató. Ya en el cielo esto fue lo que sucedió:

   - Bienvenido hijo mío a mi Reino -era un ambiente deliciosamente equivoco entre tibio y frío en el que no se vela nada, sólo una voz que habló como en plasma

 - ¿Es que ni siquiera en esta circunstancia vas a dejar ver tu cara dios impersonal y pantallero?

 - Un momento, amigo, a mi te diriges con respeto; Soy Dios con mayúscula, no ningún dios pantallero. Por lo demás, cálmate ¿acaso estás histérico?

 - Nunca antes había estado tan calmado; antes bien, por eso puedo usar toda la potencia de mi pequeña masa gris.

 - ¿Estás seguro de que es tu masa gris?

 - Puedes darle el nombre que quieras, pero no me digas que tengo una autorización tuya para descorrer el velo.

 - Bueno, entonces despáchate.

 - Eso es precisamente lo que voy a hacer, porque ¿cómo es posible que me hayas hecho semejante infamia?

  - ¿A qué te refieres?

  - Ah, no, no te vengas a hacer el zurumbático conmigo. ¿Acaso no te bastó para que en mi jodida vida me dejaras usar la inteligencia pero no me dejabas conseguir mis objetivos y peor aún? .Y ahora, ¿acaso no viste que lo que precipitó mi venida acá fue una buena obra que me proponía hacer, creyendo en tu mandato de haceos caritativos y misericordiosos que el Dios altísimo os lo premiará? Y, preciso me envías a cometer esa acción ingenua e imprevisible.

 - Bueno, pero estabas haciendo uso de tu libertad. Si se te ocurrió ofrecerte a llevarle el paquete de pan viejo a esa monja decrépita y rechoncha en un medio día canicular previendo que quizás se iba a mostrar desconfiada pues ya todo el mundo había dejado de creer en los otros, y sin embargo insististe, podías haber dejado que tu deseo se gratificara en esa simple obra y después ir a premiarte con lo que hiciste luego.

 - Bah, pero, ¡Y qué premio!; Diosito burlón, Más bien, por qué no reconoces que eres un maldito Dios alcahueta. No te bastaba con que me conformara con las migajas que me dejabas caer irrespetándote a tí mismo que eres todo bondad, justicia y misericordia, para dejar que las justicias humanas hicieran su farsa de equilibrio. Si, por ejemplo, me enamoraba de alguna estúpida cuya belleza y porte eran inversamente proporcionales a su inteligencia y bondad, entonces dejabas que la balanza se inclinara hacia su estúpida beatitud silenciosa y si me enamoraba de alguna medio lista, medio dulce, aunque fuera medio gorda y medio tirana, con la que se podía hacer el juego de negociar por mitades las astucias, entonces me la quitabas del camino.

  - Momento, momento, vamos por partes; Primero me llamas maldito alcahueta: Si esos que pusieron el caramelo que te enfermó y te mató en el carro de dulces al que te antojaste acercarte para endulzar tu sentimiento de buen hombre estaban haciendo ciencia, tú, que te tenías por sagaz, observador, pensante ¿no se te ocurrió siquiera, por alguna reacción de gusto, que en ese miserable cajón de cuatro caramelos enfrente de un hospital de pobres, se podía esperar una reacción de fastidio; eso te hubiera podido salvar; ellos estaban haciendo su estudio con ratas de laboratorio para que las ratas del palacio del mundo mejoraran su constante jugarme sucio, ahora que les había enviado el chynkungunya? Debes hablar por tí mismo Luego, si te gustaba jugar al acaso arriesgando lo que no se puede arriesgar -sólo se arriesga sobre seguro, es decir, se deja a mi soberana voluntad, que todas las altas probabilidades se vayan al traste cuando se me antoje-, entonces ésta vez tiraste mal los dados no los cargaste con tu fuerza.

 - Ah, me imagino que a eso lo llamas fe en tu idioma. No, no, no me respondas; tu siempre tienes que ganar ¡qué razonable eres! Sólo te digo que te cagaste en mi no dejando siquiera que terminara mi obra de culminar mis novelas en obra negra. Seguramente así te dabas el lujo de refutar a Churchill: "La imaginación consuela a los hombres de lo que no son; el humor los consuela de lo que son"

 - Bah, contigo no se puede hablar. Lárgate de aquí a seguir allá abajo disfrutando de sufrir.


Y como por encanto el clínicamente muerto durante más de una hora salió del túnel