sábado, 21 de enero de 2012

PARADOJAS DEL ANTIGUO Y EL NUEVO TESTAMENTO

Siempre nos ha llamado la atención el contraste entre el Nuevo y el Viejo Testamento y el contraste que la Liturgia de la Palabra hace de él. Aunque para nuestro particular uso la Sagrada Escritura sigue teniendo el valor intrínseco de palabra sagrada, esto es de palabra cuya relación entre significante y significado mantiene un velo de misterio sobre el que pesa la fuerza de lo intangible y, más exactamente la fuerza de la voluntad de Dios como rector y mediador entre el ser y su criatura, nosotros como hombres de estudio; como individualidades enfrentadas a la naturaleza y a sus enigmas como parte de su búsqueda de realización, no renunciamos a tener una actitud crítica y por decirlo así, científica. Y es que nuestra actitud avizora nos invita a distinguir entre instituciones humanas (Iglesia constituida por humanos con intereses subjetivos y falibles) e instituciones espirituales (esa misma Iglesia correspondiendo a una guía inexorable desde un campo inconmensurable).Los contrastes que en la liturgia hace la Iglesia católica, aunque no se pueda decir con elementos de juicio que corresponden a una intención distinta de la de abarcar, en cada sesión, un segmento tanto de lo antiguo como de lo nuevo que como bien es sabido la implicación del cambio instituido por Jesús en cuanto a la superación de la ley mosaica para afianzarla en el nuevo anuncio (el Evangelio del Amor y el advenimiento del Reino de los Cielos) es pilar fundamental de su doctrina, también en su contraste se puede colegir una cierta confusión que hace aún más enigmático su uso. Hay, por ejemplo, en la liturgia de hoy (y en cualquiera de los días se puede entresacar del contraste entre el A. T. y el N.T. una cierta ironía, como si los Padres de la Iglesia insertaran una intención dialéctica). Hoy la lectura del A.T. trata de las relaciones entre Saúl y Samuel y como este con su decreto profético anuncia que Dios a quitado su unción de rey a aquel. El asunto es la justificación. Saúl (Usa-[é]-l)ha tratado de ser justo (objetivo) al perdonar la vida a Agag (¡¿Gagá?!) y conservar lo mejor de los rebaños para repartirlos entre el pueblo y de paso honrar a Dios con sus holocaustos sin tener en cuenta que la orden de Dios ha sido “...mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos”. Samuel (Suma-[é]-l) entonces transmite el mensaje: “Por cuanto tu has desechado la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey”. Según la opinión de Dios los Israelitas no necesitaban rey, pero ante su obcecación ordena que se les unja uno (Saúl al tratar de ser objetivo ha olvidado ser trascendente, o cuando menos, obediente), y uno se siente tentado a inclinarse del lado del sentido común de Saúl (los rebaños sirven al pueblo y hay que mantener buenas relaciones con el pueblo para poder gobernarlo); y así, todo el A. T. está plagado de acciones absurdas, ríos de sangre y caprichos de parte y parte. En el Evangelio Jesús justifica a sus discípulos ante el reproche de que todos ayunan los discípulos de Juan y los fariseos y no ellos; más con argumentos fuertes y sólidos legaliza una violación de la regla. La razón lingüística sigue siendo la que domina; sin embargo el mensaje a todo lo largo de la Sagrada Escritura es que la lógica de Dios no es la lógica de los hombres. El significante se aparta del significado. Entonces fe y razón se conjugan cuando el hombre moderno, de dosmil y tantos años después marcha y vuela con el piloto automático; la razón es solamente el manual de instrucciones que cuando ya el dispositivo se aprende a usar, sólo consulta el manual en caso de fallos y se torna paradójico el hecho de querer seguir echando el vino nuevo en odres viejos, que de hecho ya se ha aprendido a mantenerlo sin que se pierda uno ni otros. Aunque la excepción de la regla se confirma en el hecho de que debemos hacer lo que dicen escribas y fariseos, más no hacer lo que hacen ellos que ponen pesadas cargas y no mueven un dedo.
¡QUÉ BIEN Y QUÉ MAL!

¡Qué bonita quedó la fachada de tu casa cubierta en laja de piedra!
¡Qué bien que va tu cara de niña maquillada en fuerza de hembra!
¡Qué mal que va mi calma queriendo arrancarte la risa!
¡Ni qué decir la locura si llego a imaginarte un beso de cabra arisca!
Pero seguro que me muero si con una palabra amable me resucitas.

jueves, 19 de enero de 2012

EL JUEGO Y LA JUEGA

No esperaba encontrarse con aquella sorpresa pero valió la pena encontrarse con esa como corroboración de que su alma joven sabía vivir con beneficio de inventario en un cuerpo maduro. Pero era también como la rúbrica sutil de lectores invisibles que seguían con él la lectura que hacía de libros que muy pocos podrían considerarse tan afortunados de hacer por actual e interesante. ¿Quién se interesaba ya por Lacan, Freud y el psicoanálisis? menos cuando el entorno era de incertidumbre por el sustento del día y cuando la alienación interesaba menos cuanto más fuera de normas se vivía. ¿El inconsciente, el sujeto supuesto saber, el síntoma, la pulsión? ¡No juegues! ¿Al fin te ligaste la loba aquella; cuántos polvos le echaste? ¿Ya esnifaste la nueva nieve; compraste ya aceite de cannabis? Y eso que esas podrían bien ser preguntas de hombres estructurados, con nombre en la nómina de una compañía reconocida y aun en una empresa del Estado.
Aparecieron en masa, de pronto, cuando el nudo de la madeja de las afirmaciones que cuarenta o cincuenta páginas atrás se habían hecho acerca de las sectas del secreto; de que los misterios de los egipcios eran un misterio aún para los egipcios y que el objeto a del inconsciente se sintetizaba en algo tan sencillo pero tan amante de la sutileza que Borges y todos los literatos geniales lo entregaban sólo a cambio de una complicidad del lector y de que éste, al igual que el que se analiza y el analista, entreguen algo, empezaba a abrirse en una maraña de conceptos, guiños y divertimentos como el de que quien se analiza finalmente entrega su inconsciente y su dinero y el analista le entrega (no empaquetado ni etiquetado y ni siquiera dibujado) su saber en el evento de que haya entendido cómo deshacer el nudo de su síntoma, como producto del lapso y su relleno con disrupciones que vienen a ser como un nuevo saco añadido con mangas viejas y de distintas telas para salir a lucirlo en la pasarela de los dramas humanos civilizados.
Pese a que llegaron a un parque para enamorados con reputación de peligroso, también tenían una técnica sutil (igual que Diana la diosa, el parque se llamaba Villa Diana y era como definir la realidad, una diana difícil de dar en el blanco). Tenían los pelos erizados de los punketos; otros tenían los calzones caídos y raídos de los raperos; aquellos tenían el rasurado de un iniciado; estos el camuflaje del compadrito en su corte y porte de señores, pero con las hojas de los cuchillos de los ojos asomándole por entre envolturas algodonosas o plásticas. Se hablaban de señores y destilaban una vulgaridad almibarada de cierta retórica como la de: “¡Pero papi, si yo también necesito un traje para jugar y en casa no había nadie!”. La hierba como trono de sus majestades no desentonaba con el banco de piedra donde el extraño se sentaba, ni mucho menos con el ritual de picado, armado y tostado del torpedo lanzado directo al cerebro como incienso que humea desde un ídolo caído por un impacto del tiempo. Pero lo importante era la compañía; y sin embargo tan dispar. Deshacían del collar a sus dirigidos como amos complacientes y se concentraban en sus profundas inhalaciones mientras los niños patinaban en la pista que rodeaba el campo de fútbol como partículas atómicas en torno del núcleo esperando un movimiento de fuerza para darse una polaridad. Había repartidos por todo el amplio parque pitbulls, rodweiler, lobos, labrador, beagle y hasta una linda pekinés a la que seguramente se le había echo tratamiento de ortodoncia pues no lucía la particular sonrisa de estas damitas. El gran pitbull que a menos de dos metros corría absurdamente a traer el leño que el pecoso con aire de híbrido extranjero y picapleitos tiraba, se metió de pronto a lamer de la bolsa de agua que el compañero de su amo daba con mimo a la pequinés: “¡Ah, pero mirá este doble h.p. tan maleducado!; chite” El perro gruñó furioso, pero sólo por los gruñidos agresivos de la pequeña. El pecoso agarró de la correa al lambiscón y lo atrajo para sí mientras el otro gritaba: “A ver, juego señores que quiero ver sangre”. “Ya estamos completos”, gritó alguien desde la cancha. “Oíste, lo que dice el ñurido; dizque ya estamos completos. Tan chicanero el marica”. En la banca a tres metros del lado siniestro se alcanzaba a oír aun par de recién llegados en overol de “rusos” que después de preguntar humildemente por un porro se habían puesto a departir alegremente con unos que habían comprado helados: “¡Bah, pero qué!, hoy día ya no se arruga matar un hijo de puta pa’ir a pagarlo”. Atrás alguno meaba contra el muro donde funcionaba un call-center en el que ciertos diestro-adaptados perros de la felicidad sabían manejar el idioma del ven-(a la)-red del vender al otro lado del mundo mientras los otros discutían el movimiento de la bolsa de los engaños. Al lado un corrillo lamentaba que cada vez eran más escasas las nenas, cosa que era refutada con que estaban simplemente cumpliendo con el sagrado deber de mantener la casa en orden.
Había comenzado el juego, pero la idea era estar en la juega; era un hacinamiento impresionante de pies y manos que discutían en el lenguaje del drivling; no se podía tener más de tres segundos la bola. Era un juego agresivo pero no violento; había cierto código de caballerosidad. Se cantaban las manos y los fault pero sólo como una constancia de lucidez; No se hacía cuenta ni celebración de goles. El pitbull se quedo mirando al extraño que había ignorado dos minutos antes cuando con el silbido que se hace para llamar a los perros este había decidido intervenir en lugar de preguntar por que no se le daba agua también al otro; la respuesta era obvia: a sufrir hijo de puta.
Cuando el alboroto de perros como tiburones al rededor de un fiambre sangriento se concentró en un intercambio de montadas y olidas obscenas de los más grandes sobre el pitbull el extraño comprendió y tradujo que la manada al igual que las masas (sólo que las masas lo hacen de modo inconsciente para que sea sincera) comparte información sutil y simbólica con símbolos cada vez más codificados: “¡Qué, el marica ese que hay ahí sentado tan extraño y campante ¿hay que matarlo?!”. Le había ofrecido de su botellín particular de agua y él acudió como un bebé que mama de un pezón de nodriza; luego se quedó mirándole con ojos inquisidores que los amos también estaban ejercitando de reojo. Quitó la tapa y se dio un largo sorbo; volvió a tapar y volvió a ofrecer; esta vez mordía porque el chupón era retráctil y se hurtaba pero después de unas cuantas rectificaciones esperó con garbo digno a que la palma se cansara de acariciar su cráneo brutal mientras en su cerebro las teorías más actuales de que la Ideologiekritic ya no jugaba más puesto que en el mundo de la información la crítica estaba dentro de la información misma, se debatían en rabiosas refutaciones.

II
Esa tarde supo sin saberlo que el buen panadero tasa sus productos a ojo de buen cubero. Mientras reñía con las íntimas contradicciones de ese río maravilloso de la juventud y el saber que cuando llega ya no sirve de mucho y sin embargo que, muy a su manera, aquellos sabían lo que podría significar poner “Banderas en Marte” y también en Venus importándoles un bledo que esas tales banderas no sean las de sus espacios exteriores sino las de los programas de televisión de la cultura oficial en la que ese río se canaliza con ideales bellos pero exclusivos, se fue a misa no sin antes titubear mutuamente con una chica que se topó en su camino para mostrarse sus respetos. Entonces imaginó aquel intercambio inteligente pero improbable:
— ¿Sabes acaso lo que significa jugar al gato y al ratón?
— Dígamelo usted
— Es aquella situación en la que si te encuentras con alguien que sabiéndose gato se hace el ratón para que el otro le dé su confianza y entonces tú te haces el Solón para ver si el otro es capaz de mostrarte su Séneca. ¿Entiendes?
— Quizás un poco; a ver si traduzco: Es cuando tu y yo nos chocamos y el juego nos lleva a elegir el mismo sentido dos veces seguidas y entonces tú te haces el guevön a ver si yo me abro las venas.
— Y por supuesto las piernas.
Que en la misa dijeran que David era de buen color y porte aunque pequeño para ungirle rey porque así lo quiere Dios, en contraste con aquel par de chicas que sí tenían gran porte, color y empaque aunque barato (aquello que un ar y se bota al rato) y se entraron a la iglesia con sus uniformes de porristas y enormes pechos para desentonar con el padre con estampa de heresiarca egipcio que auto tonsurado por la pro-fe-si-no era congruente con la idea en boga de que los pelos largos eran una extensión de las ideas corrompidas que virtualmente enredaban a los otros y que los egipcios diestros en el conocimiento profundo se tonsuraban para disimular sus poderes que emergían desde los más intrincados meandros de sus cerebros, y a fe que tenía un estilo principesco y un porte de autoridad en contraste con el otro padrecito joven cuyos sermones y ademanes ni siquiera eran ayudados por su voz y el peinadito de niño hacendoso, el uno confesaba y el otro predicaba; le pareció de postal.
Pero una cosa era sentir que entre más conozco a los hombres más quiero a mi perro y otra discutir con las ideas de postín: “El inconsciente no es un ser” pero vaya si se lo cree ese sujeto y entonces nos engaña con su transferencia; en cambio, Lacan, dejar que se avenga el sujeto supuesto saber y entonces te pillo, diablillo cojuelo, cambiar un poco las cosas para que queden tal como están. Agarrarse de algún ídolo: un ídola fiori, por ejemplo. Pero un hombre de mundo y de ideas agarrarse del ídola celeste ¿cómo podría decirse emancipado? Ah, no,no: E-man-ci-pa-ción, subirse en la cima del sí-pa’no. Entonces no te quejes pasión.
Pero que va; si la vida de los pueblos es la más viva posibilidad de encontrar la degeneración moderna puesto que los provincianos y los campesinos impresionables como son se encargan de encarnarla en sus más radicales modalidades, subamos a la ciudad para encontrar la contradicción. En Ízales-el-man o Imánales-la sal a las cuatro de la tarde el “Pan Extra” no extraña que la pobrecía de la poesía se reúna a dar gusto a las sinceras manifestaciones de necesidad de afecto de un pobre tullido visual que lo es no porque no las vea sino porque las ve todas y nadie se entera, mientras el pueblo a una con las oficialidad sigue con apetito las peripecias, y entonces después que el bollito sobrante de la masada de la mañana le toque como premio azaroso de sabroso y fresco pan-extra-grande, llega primero el poeta de las “Transparencias”, un conocido apenas que regala el primer cumplido: “te veo relajado” y el otro que no quiere darle gusto a la búsqueda de emociones fuertes contesta con resignado: “tocó” en lugar de responderle: «y yo a ti te veo re-jalado» de modo que viene la primera transferencia: «¿quiere amor o no quiere amor?...Ah, lo que quiere es que lo mimen: ¡te jodíste, alpiste! » y el señor Valéry «¡hace falta haberse rebajado mucho, haber sido roído hasta los huesos por los otros para hacer esto!» Ser comido por los otros, ¡pues qué mejor!; hay veces que necesito poner mierda en hielo para hacer transplantes de urgencia. Luego llega aquel muchachito con ojos grandes como de ángel, por que así deben mirar los ángeles cuando ven a Dios, sólo que con la mirada sin-gracia de los ángeles caídos; Fe-piel, F-elipe. Callado, rumiando quizás el decreto final de sí-o-no-se-salvó en tanto estrecha la mano de cuál dios, pero Vi-llegas Jorge y entonces como tarjeta de presentación Musa Levis (¿por qué no mejor Musa Lesbis para armar escándalo?) “Mi Pensamiento”: ... ‘No digieras tan rápido mi pensamiento/contiene un sutil veneno’; antología de lo que hay en la tierrita; conocidos, menos conocidos, desconocidos, el comején lector dice que no cuentan los aparecidos; je, je, pero ¡cuánto cuentan!, puesto que ha sido comiendo sopa de alas de comején que se ha aprendido algo de los principios, retóricos, satíricos, tántricos, tea-n-tricos, teo-locos vamos a hacer algo que cuando se sabe mirando a los ojos de los otros que son buenos, que saben bueno, bujarrones, autoediciones aparte de la cultura oficial, un momento, que no hay que despreciar la cultura oficial, al fin y al cabo las instituciones viven de la oficialidad, lo que hay que despreciar es a los oficiales de la cultura que quieren pisotear a sus oficiantes cuando cuentan con merecido orgullo que su hija y no él se ganó un concurso de poesía de la Universidad de Salamanca y el otro que quiere comer la transferencia del tedio de que el Sr. Álvaro Castaño Castillo ha mandado limusina para llevarnos a la entrevista de la HJCK y ha departido con nosotros de tú a tú y qué rico, ¡ah, vida triste! la soledad acompañada de multitudes y los editores en busca de lector y los autores en busca de lección y la cordura buscando la locura de los psiquiatras y los psiquiatras avalando la locura de la cordura para que la Historia y las historias disfruten por fin de la piñata.
PASEO A LA WILLIAM JAMES POR EL CEMENTERIO INFORMÁTICO
(continuación)

Contrario a este sencillo y cuasi-cursi estilo de amor que se declaraba abierta aunque delicadamente, se olvidaba, o no se sabe si por alguna razón de esas en las que el pecador no por ser pecador, sino por una extraña forma de la misericordia, el pecador era protegido del escándalo de su pecado, decirle a aquella dama de alcurnia ciertas cosas a las que quería hacerle responder. No era una “Bugs-Bunnita” pues aunque tenía encantos suficientes para ser una Play-Mate-Madonna, sus aspiraciones eran mucho más discretas; quizás le alcanzaría para ser una in-tele-tu-ala, toda vez que le rozaba el ala a las más distinguidas inteligencias capitalinas y mucho más allá; pero si tenía la perspicacia de hacer pública la especie fuerte que implicaban los “Cuentos de Hoffman” para ilustrar sutilmente que se engañaba a gusto en aquel amor, entonces ¿por qué ella misma no tenía el coraje y la gallardía de hacérselo saber, o en su defecto defenderlo de la infamia a la que se le sometía? ¿No sería porque se lo impedía su sublime amor por Zara Radio y otras Saras?
Así tendría que ser la “política de la poesía” aunque en realidad la obra era “Política del Espíritu” lo que parece un desatino pues poner a la pureza del espíritu en los ruines quehaceres del hombre es más desmesurado que declarar que por más sublime que sea un poeta no está exento de inclinarse por la política, aunque sea de modo torpe, pues poesía y política no riman del mismo modo que cuando el corazón siente un desgarre como el de un león metiendo su garra en la guarida oscura donde cree que habita alguna presa de ilusión sabe que ese desgarre no es la misma sensación de cuando el verdadero amor se manifiesta como un ave que aletea en el cielo del pecho sobre aquello que imagina el nido del corazón. Entonces podría ser que, del mismo modo que no habría sido posible encontrar una oportunidad apropiada y propicia para intercambiar impresiones y acaso para realizar su atracción, y que, sin que existiera una intención real de rechazo, aparte de la natural resistencia de la hembra al macho en el cortejo, pudiese decir: “y es que acaso ¿qué le puede interesar un bebé a un señor adulto como usted?” a lo que podría responder que aquel interés podría ser el mismo por el cual esa bebé no podría entender todavía por que ella que era mayorcita –y además legalmente suficiente- no podía responder a la simpatía en tono de pureza. Afortunadamente no son los tiempos de William y Henry James –pensó- y en cambio si se pueden trocar filosofía y literatura sin que la psicología venga a ser una charlatana.
Se esforzó inútilmente en imaginar una probable forma de que, una vez aceptada la invitación llegasen a conversar de lo que significaría haber respondido al piropo con una sonrisa impostada, lo cual sería tremendamente difícil de interpretar, aunque no de enfrentar, toda vez que el mismo acto daría la respuesta: “eso no es una sonrisa; eso es una mueca...y si hace una mueca es porque quiere pelear...y entonces, ¿qué, me quiere cachetear?, porque en ese caso usted ganaría y yo no tendría como corresponderle, a menos que aceptara la recomendación de ir a un psiquiatra por histérica...”
Pero todo eso era ir demasiado lejos. No había que olvidar que ella en realidad era una niña menor de dieciocho años; que siendo inteligente su capacidad histriónica no le alcanzaba para hacerle entender a la jauría que ella sabía bien lo que era poner “Banderas en Marte” y aun en guerra para con su ayuda mandarlos a comer espárragos a Venus; que en realidad el obstáculo no era tanto por las diferencias sino por el trato y la posición de quinta categoría que todos le daban debido a su particular circunstancia –que no obstante podría ofrecer ventajas-. Por lo demás, él ya había hecho lo posible para acercarse; si había buena voluntad e intenciones nobles, ahora estaba el balón en su campo.

lunes, 16 de enero de 2012

DIETA


La gente corriente madruga ávida de cocerse su pan de novedades
yo que no soy menos corriente pero catador de melodías
madrugo a otear el cielo para ver que me trae de armonías
examino los cebos dejados a la orilla de mis intimidades
y deshecho cada ingenuidad que aún no madura
a la noche espulgo mis hermanos dolores y mato
espantos que vayan corriendo linderos en la finca tranquila
libero el mastín que me trae los sueños que cazo
cada mañana después de dispararles mis balas de angustia
y le doy desayuno a mis larvas ilusas de darse la cena
ruñendo mis huesos y mis metas fallidas.

domingo, 15 de enero de 2012

PASEO A LA WILLIAM JAMES POR EL CEMENTERIO INFORMATICO

Era casi seguro que ella entendería el arte y lujo que existiría tras el artilugio de decir: que ir-a-verl-(e) era la razón misticamente enrevesada de la actual popularidad del nombre VALERY O VALERIA. Pero estaba seguro de que sabría entender, y de hecho le gustaría, que se hincara delante de aquella pequeña a la que ayudaba a cuidar a su madre para decirle: "Señorita Valeria ya que usted y yo nos caemos tan bien, me gustaría intentar persuadirla de aceptar tomarnos un helado bajo este sol esplendoroso que le hace honor". Pensó que no habría forma inmediata de compartirle la nueva impresión excitante que tenía de que no en vano Paul Valery llevara ese nombre y hubiese escrito cosas como "Política de la Poesía"; más abrigaba una ilusión apasionada de que el tiempo y el trato le daría el modo de aplicar toda su fuerza interior infectada de decepción y desprecio a aquella juventud desbordante de ternura.
Calculó que sería muy improbable que según el estado de cosas, y que el poeta del "Cementerio Marino", que muy seguramente estaría deambulando por los jardines floridos del cementerio informático ayudando a combatir diablos traviesos y estimulando novedades que edifican el rancio romanticismo del espíritu, mediaba como quizás medió cuando había entendido lo que al pasar por su lado el día anterior le dijo: "Adios flor de alhelí, si no se sonríe es porque me quiere a mi" y se volteó con un gesto digno y swutilmente sorpremdido; esataba esperando que quizás la fuerza del momento equivocara la reacción debida, para lo cual tenía también swu lógica: "...y si se sonríe es porque se deslíe.
(continuará)
TATUAJE

Espejo de piel y sangre
reflejando luz difusa
te haz tatuado en mi corazón
con tinta de nervio y latido
Así, sobrepuesta en cada célula
retratada en cada sitio
mi tristeza y tu tristeza,
mi tedio y tu tedio,
mi soledad y tu soledad
-acompañadas de multitudes-
mi miedo y tu miedo
y en el medio las dos sangres
en una mixtura milagrosa:
cuando en un lado me estás matando
en el otro ya purifico tu veneno
y viceversa:
cuando en tu ventrículo me odias
ya de tu aurícula estoy saliendo
a habitar todo tu cuerpo
y entre dolor y latido
aunque no queramos
celebramos unas bodas
de deseo y misterio.

INFORMACIÓN Y NUBE

Soy el lado despejado de la nube
y aunque no lo creas
te escondo en mis transparencias
porque cuando el halo de tu ala
me roza en forma de anhelo
sube y lo acojo sin que lo sepas
como sueño o inocencia...
Después los grandes sacerdotes
del clic y el protocolo del bit
salen a decir que con su ayuda
el desorden se actualiza
y tu te salvas.
FILTRO DE AMOR

La Rosa íntima de sus horas niñas
se fue hermanando con sus ternezas más maduras
y marcando el teléfono de lejanas ansias
destiló la pócima más bruja;
ahora beben por igual
un demonio del medio día
y una rebeldía adolescente y ruda
de una rabiosa copa bruñida en tormentas
venidas de los más recónditos afueras.

Había una explicación,
aunque ustedes gustan de la escena hechicera
bien pueden quedarse con ella
que darle pienso a una lógica
que solicita al Dios de las desmesuras:
¿por qué se quiere aquella boca loca
que quiso comerse la luna?
es darle las perlas a los cerdos
sin fijarse en la bendición del colibrí
que no tiene el pico largo porque chupa
ni las alas cortas porque insulta a Eolo
de sus luchas con las musas.

sábado, 7 de enero de 2012

Cuando un hombre no encuentra en su entorno o con sus pares la gallardía debida es porque hay mucha mediocridad que quiere mantenerse en cubierto.
RESACA DE REYES

MIRANDO DESDE LA VIDRIERA

La ternura de los gozques que caminan de la mano de un alma compasiva no es la misma que la ternura de los bosques inspirando un alma incomprendida; sencillamente porque la ternura de un alma compasiva se pasea por las calles de la extra-vagancia, en tanto que la vagancia de un alma incomprendida se pasea por los caminos extras de la ternura.
Uno podría llegar a ser el gozque esmirriado de un alma linda o podría simplemente ser el admini(s-trí)-culo extravagante de una vanidad femenina.

* * *

CORRIDA

Hay días en que uno siente
ya ir buscando las tablas
y torbellinos de espontáneos
que se ofrecen
para aplicarnos el verduguillo de gracia.
Sólo que como el circo no es redondo
como en las arenas feriadas,
sino como las faldas
de la rosa de los vientos:
arriba, abajo, a un lado, al otro
al cepo del amor, a la liber-ansia...
y nos amor-cillamos en el tedio
hasta que pasa un ángel liberador
que nos saca la espada...
y volvemos vivos a los corrales del absurdo
a rumiarnos el chicle seco de la esperanza.

* * *

La vio tan bella la noche
que por vez primera
la luna aceptó su derrota
y se puso en sus orejas
en forma de perla;
entonces se necesitó otra noche
y otra
para escuchar a su lengua
en su oído,
como una caracola
en otra caracola
que está celosa:
pongamos a nuestras lenguas
a jugar “la lleva”
y que corra el agua
de ola en ola
y que el mar de los saludos
se sale de sonrisas
o que el aire de los ceños
se hastíe de señoríos;
no te preocupes que yo
me dejaré coger
cuando te esté persiguiendo
en la cueva
en tanto nuestras decencias
vecinas comen helado
en cualquier cucurucho de barrio.
CORRUPCIÓN Y PODER

Del mismo modo que cuando un hombre no encuentra en su entorno o con sus pares la gallardía debida es porque hay mucha mediocridad que quiere mantenerse en cubierto, así mismo cuando un hombre sale airoso al defenderse con argumentos válidos y sólidos de una institución que le pone en entredicho, es porque en su entorno social hay tanta corrupción que lo mejor de lo peor brilla como la escoria que arrastra algo del oro del crisol en donde se le depura.
Tal parece que es lo que sucede con funcionarios de rango medio (que no empleados: el empleado se em-pelea con una tarea, acaso con una ideología, bajo la promesa de un salario y una carrera, el funcionario cumple una función dentro de un sistema bajo el estímulo de participar del orden jerárquico del poder para servir a la especie) como el gerente de la CAR en Bogotá, que ahora pasa a ser gerente de la Empresa de Acueducto. Su argumento, tan sólido como sencillamente válido de que ‘le tocó pagar una multa millonaria ordenada por la procuraduría por manejos irregulares como gerente de la mencionada Corporación Autónoma Regional porque –según él- Bogotá (la hermana mayor) daña y la corporación (subordinada) debe arreglar. Pero que la corrupción aparentemente se entronice a manera de tiránico caos (pues eso es lo que sucede entre las monstrencas instituciones de Estados que pierden su idealidad buscando funcionalidad científica) es también un signo; como cuando en los tiempos pre-cristianos en que los excesos de una rústica justicia en ciernes, es narrada en la Biblia como desafueros y desordenes de reyes voraces con un millar de concubinas (y eso que eran de un linaje predestinado desde el mismo Dios que dio el decálogo que prohíbe matar y codiciar la mujer del prójimo), de hermanos que pueden ajusticiar a setenta miembros de su mismo clan en una sola jornada por una venganza baladí o por un trono inestable y mísero como en el caso del linaje de David con personajes como Saúl, Salomón y David mismo. Pero todas esas permisiones se sucedían mientras llegaba el designado para poner el cambio de equilibrio para el pueblo. Así, la joven historia del embeleco tecno-capitalista (y no es que pretendamos la vuelta a los tiempos trogloditas de magias y maravillas sino el enderezar las metáforas a las cosas mismas que también tienen su dinámica, sus modos y sus sugerencias) está evolucionando hacia el “Mesías” natural-cognitivo que hará de las ideologías un evangelio de rituales políticos.

Villamaría enero 4 de 2012

jueves, 5 de enero de 2012

EL PULPO 2012

Enero cinco del año en que el imperio maya termina sus cuentas cosmológicas, lo que se interpreta como el fin del mundo para el que ya muchas sensibilidades se preparan pero muy pocas conciencias elaboran. Tres treinta de la mañana, el desarreglo de sueño propio del uso del alcohol de las festividades llega antes de lo esperado. La atmósfera es pesada, como si un silencio más profundo que el silencio natural le remontara. Pensamos en el orate de Sils María en sus tiempos más lúcidos cuando decía que cuando el rey del sueño se iba él no desesperaba, simplemente se dedicaba a esperarlo con paciencia para cuando llegase rendirle su tributo; una especie de acogimiento enrevesado de la palabra sagrada cuando dice: “velad que no sabéis ni el día ni la hora”. Recordamos que mamá cumpliría precisamente hoy 68 años si no se hubiese desesperado en vivir la desesperación tal como llega sin abrir primero los regalos: cáncer, neurosis, absurdo –aunque pueda alegarse que este último no es un regalo sino un incómodo lastre con que todos hemos sido dotados; ¡ah, pero es tan bello ponerle adornos al contento natural de cada día!-, que se alegraría de que aún la fiesta oferta sus peligrosas mieles: toros, baile, más alcohol, quizás algo de sexo disfrazado de amor en traje de aventura...El aire se hace más tenso y extendemos un codazo a la compañera incondicional que empieza a perorar de un modo que impresiona: que la feria de Manizales ha entrado en calor con una ocupación hotelera casi total, inesperada dadas las recientes condiciones catastróficas; que menos mal que la lluvia no fue durante la corrida, que Willie Colón no llega todos los días a la plaza de Bolívar y por eso valió la pena mojarse; que los rabos de las reinas tuvieron un protagonismo especial en la visita a los niños del Hospital Infantil, todo porque su voz mágicamente va pasando de la dulzura femenina de Magda a la agradable coloratura de Yesid López y se completa en el profesional timbre de Fabián Giraldo Trejos y con una dinámica tal que la química de sus precisiones, el acierto de las improvisaciones con que matizan la exactitud de las informaciones nos hace pensar en segundos -en un torbellino tan diferente y emocionante en la mente que vuelve desesperante y soso el ejercicio de tornarlo lenguaje- en Esopo y sus fábulas que ya no sirven siquiera medianamente para ilustrar la perfección –o la monstruosa dimensión- de la naturaleza en contraste con la deleznabilidad moral de la naturaleza humana; sin embargo nos viene la imagen de un pulpo; hay un pulpo llamado mass media; es astuto, ágil y voraz; no tiene más moral que la de aquello que le sobrepasa ¿qué puede serlo; los avances subterráneos de la malicia de los que sufren y se adaptan; los nuevos y excepcionales códigos que una fuerza más fuerte que ella misma pero de ella misma nacida inventa para donarlos a sus predestinados azarosos? Pero a diferencia del pulpo natural sus tentáculos no son uniformes. Hay uno, por ejemplo –con lo odioso de todos lo parangones-, que en contraste del trío de nombres mencionados más arriba, quienes en lo esforzado de su sobriedad histriónica la naturalizan y la convierten en hechizo para poner al dúo de ventosas de ese largo tentáculo llamado Grupo Prisa (Mariela Márquez y Adrián Trejos, este de tanto simplificarse se atonta, aquella, de tanto impostarse se desfigura) en franca condición de revulsivos y no hacen más que poner en jaque vergonzoso la obsoleta condición de los colonialismos.
Ah, pero del mismo modo que la realidad, a cuya naturaleza la imagen del pulpo sólo le proporciona una ilusión morfológica pero nunca ninguna imagen le dará una resolución esencial, recordamos otro brazo monstruoso que sin embargo nos aprieta con dulzura de gas metano (léase natural). Allí, hace poco nos muestran como el flamante Nobel 2010 hace una semblanza de su carrera de hombre público; ¡qué admirable su fisonomía de animal sano con la leonina melena de lo racional! ¡qué envidiable su fortuna de contar desde niño con un aparato familiar y social que lo llevase por aquellos terrenos de la contestación y la militancia sospechosa de toda moralina que le permite retratar la realidad de su entorno con la sobriedad y emoción que se multiplica en tías Julias y escribidores! Pero nos llegan rumores con tintes esquizofrénicos de que él no fue –y todo el aparato publicitario de las grandes casas editoriales y de difusión pertenecientes a la élite- quién apadrinó a un tal Mar-co-Escroto, que no existe, para ganarse un Premio Juan Rulfo; que quien se lo ganó y por méritos periodísticos propios fue un señor Marcos Crotto que relata las peripecias del robo de un icono sagrado en unas abruptas cordilleras sudamericanas de modo actual y fascinante y no nos queda más remedio que cambiar de frecuencia a. nuestra compañera incondicional, ya no con un codazo sino con un taparle la boca mediante un ignorarle el decodificador –lo que un antiguo señor Adorno llamaría “aprender a pensar con las orejas” ...
Al volver a esa especie de vestíbulo de la sesera –que quería llamar antesala de tálero, pues infortunadamente en eso se ha convertido el sopesar el pensar- nos encontramos con un mensaje que deja siempre un heraldo misterioso: La revolución de conciencia que tantos llaman hoy fin del mundo y que se dará como una ampliación del espectro de comprensión, no se sabe de quienes o de cómos, es sólo la preocupación de si va a darse una repartición democrática y general de la lucidez –esa cualidad tan contradictoria de que siendo la capacidad de elucubrar una cualidad común, sea tan exclusiva de unas cuantas mentes, lo que equivale a avalar el antiguo decir Heraclíteo de que “... andan todos con su parcelita de verdad”, o es que se va a dar una especie de Agencia general de la Lucidez regentada por un organismo de naturaleza desconocida, lo cual nos pone en un verdadero aprieto: ¿se va a vender por porciones tasadas según el grado de influencia, la solvencia económica, la filiación política, la creencia socio-mística? O ¿se va a repartir como una especie de vacuna, como una hostia homogenizadora de paradigmas, como una promesa ineluctable? Amanecerá el reverso de los veintiunos y veremos. Y nadie pregunte cuántos Paúl más vaticinaran las nimias alegrías de este mundo con sobreoferta de ansiedades.