lunes, 26 de febrero de 2018

EL MALDITO VICIO




El maldito vicio del desprecio yo te lo quito.

Todo; al destello orgasmo del pizzicatto

al gateo sordo del imán y la limadura,

al cambio de diapositiva de brillo torvo a ternura;

que te lo quito, te lo quito, el maldito vicio,

del desprecio el maldito vicio yo te lo quito.

Sol; a la encandilada sombra sobre la figura,

aunque sabes que te ama y que estás segura

el maldito vicio del desprecio yo te lo quito;

a la reconvención de tirar piedras al árbol

para robarle el fruto, el maldito vicio yo te lo quito

y lo hago mío, temblor; para que entiendas

que eres pobre solidaridad de reloj de arena

que sólo voltea a vivir la mirada justiciera del sino,

el maldito vicio del desprecio yo te lo quito.

Para que pagues la sonrisa que debes al guiño

del niño el maldito vicio del desprecio yo te lo quito.

Para que nombres de nuevo el mundo conmigo

en el absurdo sorprendido que te da verdad

el maldito vicio del desprecio yo te lo quito.

Para que sacudas el polvo estelar eterno de tu cerebro

el maldito vicio del desprecio yo te lo quito

para que te hagas crack en el juego del instante

te lo quito porque te lo quito, el tic maldito

del desprecio el maldito vicio te lo quito.

Para que sientas la endeble etiqueta en el polvo de los huesos

en la clase sin chequera el maldito vicio del desprecio te lo quito.

Con el vapor que meto en el tuétano sutil de tu vergüenza

el maldito vicio del desprecio yo te lo quito;

con la denuncia del pobre suelo de ciencia

en que medra tu girasol de pacotilla, en el diploma ridículo

de tu mala ortografía, en la liviandad blindada de club social

con los modales relamidos en servilismo exquisito,

del desprecio el maldito vicio yo te lo quito.

Metido en la falla de alto cilindraje de tu muerte sometida

el maldito vicio del desprecio yo te lo quito.