UNA
CONSIDERACIÓN ÉTICA Y PRAGMÁTICA
SOBRE LA
PROLIFERACIÓN DE LAS COMUNICACIONES
Y LA
INVASIÓN DE LA PRIVACIDAD
La máxima volteriana de “No estoy de acuerdo con tus opiniones, pero daría mi vida por defender
tu derecho a expresarlo” ya parece que no es tan válida. La universalidad
democrática y fraterna que la sostiene se debilita no por culpa de su falta de
rotundidad y profundidad, sino por la labilidad de quienes serían susceptibles
de sostenerla y reclamarla. Las consideraciones que voy a consignar aquí,
podrían caer en el mismo error, puesto que estando seguro de que lo que escribo
no es del absoluto fuero de mi intimidad y que parte de lo que diré podría
estar amenazando lo que quiero defender, no pertenece a mi responsabilidad, sino
a la jerarquía irresponsable de quien detenta esa privación de intimidad.
Miércoles 9 de octubre: Una voz cascada de
una emisora para las clases más bajas de la ciudad suelta una andanada de
frases sin el menor decoro estilístico y sin la menor expresión de respeto por
las instituciones. Dice que la Policía Nacional en cabeza de esos coroneles o
mayores que mandan en los cuarteles como el de Manizales no saben nada de
seguridad ni saben nada de estrategias; que no basta el hecho de que la
seguridad y la vigilancia de las calles de Manizales sea descuidada por falta
de más unidades, sino que se las manda en grupos “patotas” de ocho uniformados, como si les diera miedo y sin tener
en cuenta que así vigilaran una calle o una cuadra pero que las demás quedan
libres para que los delincuentes hagan de las suyas; que hay que repartirse,
que hay que tener sentido común, que es una vergüenza gente ganándose el sueldo
sentados, mandando y haciendo las cosas
mal. Esa es una noticia cariñosa de un noticiero radial del medio día.
Viernes 11 de octubre: El canal regional de
televisión, cuyos logros son tan visibles que hace sólo unos pocos días una
comisión del canal Telepacífico vino a enterarse de primera mano de los
procesos de tecnificación y digitalización con el objeto de atender a una
directiva del Ministerio de las TIC’s en la que se impulas a unir esfuerzos y
compartir estartegias para ahondar en la estructuración de identidad y
competitividad, de modo que podamos seguir siendo un país a la vanguardia latinoamericana,
en el noticiero TvA Noticias anuncia
desde su sede en el Quindío que para las próximas festividades en
Armenia se va a incrementar el pié de fuerza con doscientos hombres que
arribaran desde la ciudad de Manizales para garantizar la seguridad y buen
desempeño.
No tenemos preparación en Comunicación Social
y ni siquiera somos periodistas empíricos, pero desde mi curiosidad y análisis,
además de la educación que la televisión me ha dado por medio de series (Paper
Chasse) como alguna de los 70 en la que se recreaba el ambiente de un períodico
gringo y cuyo interés radicaba en los dilemas éticos y de acción que se les
planteaban a reporteros y editores en la cabeza de un jefe de redacción (un
tipo que tenía que pelear con todo el mundo, que casi ni podía tener una relación
sentimental porque sus nervios mantenían al tope y que finalmente podía sacar a
relucir una calidad humana y una sensibilidad que lo hacía objeto de apasionados amores
callados), es absolutamente irresponsable que se diga sin necesidad, desde donde
una fuerza de control social va ir a reforzar una zona y eso no se piensa
porque las organizaciones comunicativas actuales sólo están mirando los
aspectos más deleznables e idiotas de una comunicación (como cuando uno se
planta al espejo a ensayar lo que le va a decir a la próxima cita y a mirar
como queda mejor lucido el accesorio o el pañuelo) y porque no hay una cabeza
que esté tratando de mantener eso que hoy se desdeña tanto: La excelencia.
Más adelante el mismo noticiero le hace una
nota elogiosísima a la nueva proyección de la empresa destilera de la región,
lo cual no está mal, pero como contraste podemos colegir lo livianas que son
ciertas empresas de comunicación, cuando, por una parte, un locutor cuyo máximo
interés no es servir a la comunidad, sino ganar notoriedad en el medio ni
siquiera tanto para cobrar réditos de sintonía y acaso mejores oportunidades,
sino, simplemente para después salir a los mentideros provincianos a sentir su
ego liviano frente a tanto atropello de esos que son inalcanzables por que
tienen a todo el mundo engañado y disfrutan de las mieles de un poder
inmerecido; por otra parte, la necesidad de mantener la posibilidad de seguir
en el negocio, en épocas de crisis, empresas que apenas quieren posicionarse en
el inestable y vertiginoso mundo de las telecomunicaciones, no es suficiente
argumento (hasta donde sabemos, el consorcio que regenta ese noticiero no es,
propiamente, de la misma naturaleza que la emisora donde el locutor de voz
cascada emite sus protestas), es el profundo abismo entre conocimiento y
distribución de ese mismo conocimiento, amén de las estrategias sociológicas
para solapar las formas del mejor hacer y vivir. En la ciudad existe una
excelente facultad de Comunicación Social, pero existe una pésima estructura de
intercambio social (valga hacer notar la diferencia entre las convocatorias de
la ciudad de Pereira para hacer una distribución democrática de los recursos
para cultura y las acciones que realiza el Fondo Mixto para la cultura en
Caldas). Por otra parte, la falta de disposición de personas que echando mano
del sagrado derecho a la libertad de expresión, no consideran el deber de
ciudadano al influir en el mantenimiento del orden y la armonía para el cual no
se requiere de educación profesional, sólo un poco de sentido de bondad, que no
es mostrarse como agüevado sino como
apropiado. Una cosa es colaborar con las autoridades para que la gobernabilidad
sea un hecho y otra ganarse el aprecio de los dirigentes haciendo el idiota útil¸ pero también una cosa muy
distinta es volverse un criticón en lugar de un espíritu crítico, para eso sí
se necesita mucha preparación.
Aquellos que quieren hacerse del lado de la
gran vanguardia vanidosa de sino figuras no
existes, deberían sopesar un poco más el hecho de que finalmente vendrás a
ser el pobre jugo gástrico regurgitado de un monstruo que te deglutió
suavemente. ¿Qué es mejor, ser un
exitoso protagonista de novela con
bastantes palmaditas y sonrisas o ser
un excelente espectador de panorámicas con binoculares críticos?