sábado, 3 de diciembre de 2016

RECIÉN HORNEADO


RECIÉN HORNEADO
Es aceptado que la parapsicología tiene mejor asiento en aquellas madrigueras donde el acero y el concreto no han metido sus narices para dejar que la sensibilidad de seres antiquísimos en la escala de la evolución tales como la rata y la cucaracha armen su convivencia soterrada con la luz extraña que emana la conciencia de los hombres. El atavismo de guerra de contrarios.
En la penumbra de su aposento el poeta escuchaba. La voz venía, vía ondas hertzianas tomadas de la red, desde la lejana España. "Son destellos de la luz", anunciaba el cura. Si atendemos a la figura que representa la profundidad ideal de Platón con sus pupilas vueltas hacia dentro, la figura que ahora ejecutaba el cubre lecho hasta la crisma cubriendo y los párpados abajo, nos daría un símil perfecto. Los destellos de la luz estaban referidos a asuntos de la fe; otras religiones frente al "hacer-dote" del s-acer-dote . La luz verdadera. Creyó, en la tensa atmósfera de la cama cuya cabecera estaba tete-a-tete de crisma contra respaldo del electrodoméstico para la ropa sucia, que el huir apresurado de la rata que husmeaba en los predios de la lavadora, era la misma vibración que, simultáneamente lanzaba el smartphone: Luz Giraldo también comentó... La portada de foto de la red social de la notificación mostraba una mujer sentada en una banca de parque con silueta de alas de mariposa, como unos destellos de luz. La amiga de Luz, también amiga del poeta, estaba siendo sometida a quimio.