sábado, 26 de diciembre de 2020

 

DOLOR

En la ausencia,

entre el exacto sitio donde se supone anidan los sentimientos y las ilusiones

y allí donde el pesado fardo de existir se recuesta

-de traer las viandas, de mantener estable el peso del paso del tiempo

Para recoger las dulces mieses de las nupcias-,

me duele;

como cuando se ha corrido una maratón

y la entrenadora Esperanza ha renunciado,

a tu carrera que sólo termina cuando ya no eres

-como si no le hubieses pagado sus emolumentos de esfuerzo-.

 

Mientras, los muñones de mis alas me riñen

su convencido retoño por encima de la empedrada giba

Donde aterrizan los designios de los días;

Dicen: ¡¿Qué esperas?!

 

jueves, 17 de diciembre de 2020

 

 

TREINTA Y CUATRO AÑOS Y UNA VIDA

Me gustaría muy poco que hubiese sido tu gorda astucia de hembra

más o menos a la una treinta de la madrugada nueva,

la que volcó una lata con cuya leche gris perla de ostra sola

pintaría la tristeza de mi guarida sucia

una vez volviesen las viejas fuerzas,

las que gasté en nombre de un ideal manido

y una amor mal avenido

entre la esperanza y una vanidad quimérica:

¡No quedarse a vestir santos!

¡Y tenías que escoger esta pobre alma ingenua!, maldita

Para que treinta y cuatro años atrás temblara

Yo, en ese otro, entre tus piernas,

abriéndose paso entre aguas tibias y viscosidad de asco

primigenia, y aspirar con desespero la primera bocanada

del largo viaje entre la nada y la quimera

de reír, de amar, de ser feliz, de triunfar sobre las fuerzas…

 

Me gustaría mucho más que semejante hazaña

fuese la de la sangre ebria y gorda de mezquindad heredada

de ese que, aun bebiendo de mi copa noble y tierna

junto a esa otra que me hizo verme en versión muñeca

a quienes cortaste el cordón del sentimiento…

 

Me gustaría más hacerme a la idea de que la rata metafísica

que en sueños con mi nostalgia se pelea

hubiese querido decir que algo de amor de hijo alberga

y no tu maldito miedo de morirte

con tamaño remordimiento a cuestas

 

 

 

miércoles, 9 de diciembre de 2020


 “El sentimiento más bajo que conozco es la aversión por los oprimidos, como si hubiese que justificar su sojuzgamiento a partir de sus atributos. De este sentimiento no están libres algunos filósofos muy nobles y justos”

                                                                                                                                                                Elías Canetti

FUERZAS EN CONTRASTE

Mientras encopetadas muestras de las fuerzas se pavonean

En la jungla gris donde los frutos del árbol del dinero abundan

ni maduran ni se pudren en las arcas [pero no en el suelo

verde oliva catalogado pulcramente como variados especímenes

en mala réplica de la Suiza deliciosa y fríohaciente,

de cronometrías exactas y rancias aristocracias crujientes,

la de las gélidas finanzas

de las más razonables y civilizadas bestias

                                                                                  y elocuentes,

una criatura indígena agoniza en la otra orilla

                                                                                        del río indiferente;

la cera de la sangre empieza a cuajar, el foco de los ojos se difumina,

el aire se entretiene entre telarañas,

los brazos de su madre se debaten, inertes

en los ojos que sólo de tristeza y angustia le dan su leche…

pavoneándose también, pasa un poeta,

y piensa, si un cascote de níquel le extendería una receta médica

“Eah, disculpen ustedes,

Alférez, sargento, coronela, teniente:

Tómense una foto junto a éste marco

Espléndidamente patético de pretéritas épocas

Luciendo sus flamantes cuernos como cetros

¡sentimientos!

Para el álbum de momentos memorables

Embistiendo la fortuna,

En que se refleja el aura de la muerte

Acariciándoles las gordas egolatrías

Mientras se disuelve tras su tinta de calamar

De la seguridad y el orden…”

“Amable ciudadano,

Agradecemos enormemente su gran ojo avizor

Y su balancín virtuoso de la suerte

Más, acaso, es que no se entera su sabio mirar

Del nuevo orden -el de siempre-,

Que en la lucha por la vida no hay almas

Ni hay sus-tratos, de lo que se sostiene;

Por la cloaca de la existencia sólo sale lo que puede

Y se refleja -si quiere- en los kepis o en el pis,

En las vidrieras, o en los plásticos hilos

-de su voluntad depende-

Que tejen sedales para pescar la calma

Y los besos y los resuellos y las decisiones firmes;

Así que, piérdase, antes de que tema usted

Comparecer ante nuestros jueces”.

 

Ps.: Esta postal vale sólo como re-presentación enviada desde el éter eterno a la superficie del plasma de lo existente aparente, como estímulo de sensibilidades rebeldes y reluctancias al uso. El nudo del llamado mundo ya se ha deshecho, ahora lo llaman quásar o hueco negro.