IDENTIDAD
Mato el ducto de la conducta
engullendo un grito de silencio;
Desgajo su quijada
con un manotazo
de resentimiento
y quede abierta, insepulta
su verdad de desprecio.
Frágil o fuerte,
escribir, ese vicio,
y ese sacro oficio de los síes:
ir-es-por-criba,
dar pasos de ciego
con tiento y contento
en el pantano
de todos los caminos;
me quedo con la luz
deslumbre y su sombra protectora
II
En-el-gua
jadeante viene el espectro de lo dicho
a decirte que la lengua ida con la quijada
sólo puede recibir su manotazo
si humilde el ducto cercenado
reconoce los inevitables antros y recovecos
desde donde se anudan los hilos de las manos,
que vi-lodo, olvido,
si es eso lo que quieres para ti en el todo
al fin, que no merece la generación perversa
a la que perteneces
ser loada y servida por el Don que se te ha dado.