sábado, 25 de febrero de 2017

PREGUNTAR

Prego-untar
Llenar ese par de cuencos de excrescencias
Barnizar con babas de la inquietud aguas turbulentas
O quizás fluidas trampas de transparencias
Para cienos que vienen de lejos
Averiguando por una dirección añeja
Es probable que la embriaguez de ese lago
Pueda ofrecer un trago de certeza
O acaso una cerveza simple
Tan simple como una to-onta-legetai-polema.

TUIT

Ensartaba sensaciones en un hilo
Formando un collar que sólo se ponía cuando estaba en los adentros
De sí mismo o de un espíritu de piernas abierto
Era el único modo de volver re-locos a los re-cuerdos

POETICA DEL RECUERDO

Ya no son re-cuerdos los posmodernos,
ahora viven fren-é-ticos
con la maravilla de la muerte y resurrección de cada día,
y el olvido que seremos, la cuerda que se ató la razón al cuello,
se pudrió bajo la tierra de sus silencios
un grano de arena por cada incertidumbre
como piedras para aturdir con-se-cuentos
solo que el polvo rehecho en finas esporas y espinas
que el aire trastorna  en las bodas de cabrono y oxi-geno
le toca fanfarria a la indiferencia de los huesos
y si el orgasmo todavía le rinde culto al "te quiero"
tanto que la soledad aún necesita un anillo por cuenco
para decir mano a mano los síes
es porque la escotilla que cierra ese pillo
que respira aire del cielo espíritu
para sentar pie en el valle de lagrimas
se enreda aún en el bolsillo como una cuerda de niño
que quiere echar a andar su propio mundo
siga señora actriz cicatriz co-mediándonos el espejo
ese telón im-puesto.

LA NADA PIENSA

Cuando la nada era se puso a pensar: "quiero ser" entonces se dio cuenta de que, sin querer, había inventado el adentro y el afuera, ambos vacíos, de modo que se puso a llenarlos: El adentro cogiendo retazos minúsculos que se le habían zafado al afuera; así se formó el primer corazón: tira y afloje, adentro y afuera. El afuera lo llenó con caminos para llegar adentro; así se creó el primer cerebro: chispas del tira y afloje esparcidas por los caminos aquellos. Para evitarse explicaciones y reclamos, la nada los puso, corazón y cerebro, en estancias separadas, desde entonces la guerra es su diálogo, y la nada sigue tan tranquila recogiendo los frutos de la muerte.

WALSERIANA

El sueño ( a propósito de historias de amor): El escritor que es un alma tan grande que no es capaz de hacerse con su máscara  de hombre profundo, de artista moldeado por esos seres inhumanos que son las musas. Robert Walser escribe y vive casi que sin pretensiones, como fuesen las de su corazón sensible. Escribe "El sueño", un relato que tiene la maestría de conmover desde el alma de niño, que de todas maneras no es el alma de un infante. Todo desapego "era yo como un sueño en medio de un sueño, como un pensamiento dentro de otro", escribe, así se apodera del alma del lector, "ni tenía amigos ni los deseaba, ni disfrutaba de respeto ni lo quería, no tenia nada ni jamas lo había pretendido" pero luego de confesar que "llevaba una graciosa gorra de idiota"  plasma su estampa de hombre vivido, experto, golpeado por las vicisitudes:  "cuando son cariñosas todas las mujeres son altas, y el hombre que es amado siempre es bajo. El amor me hace crecer" , entonces uno, conociendo la historia de Walser , de su muerte bella abandonado del espíritu sobre la nieve, piensa que la belleza es siempre una apariencia , una superposición de otra cosa , un solapamiento, ¿quién puede decir qué es lo que hay detrás de la muerte para nombrarla una muerte bella? De modo que con la pregunta final "el poder de la mujer: ¿dónde, cuando y cómo se da? ¿en los ojos de los hombres? ¿cuando soñamos? ¿con pensamientos? Ahí se quita y se pone alternativamente la máscara y, aunque siempre deje en el lector ese estremecimiento que deja el genio, uno siente esa desazón de él: la inutilidad o la falsedad del arte y sus estafas.