jueves, 20 de noviembre de 2014

OPPERCUT DE DERECHA A JESUCRISTO

OPPERCUT DE DERECHA A JESUCRISTO
Esta mañana vino la duquesa de Alba en figura de ronda infantil: Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho diez y seis; el Yahoo mítico se balanceaba ufano en la red con su retrato de esplendorosa belleza juvenil; tenía todo lo que tiene la fuerza de los principios, pero nunca pudo abandonar el atavismo estúpido de los principados. Muere a los ochenta y ocho años con la extraña lucidez mental de los niños.
En realidad vino en forma de sueño misterioso pero deliciosamente vívido entre gallos y media noche: La parte interesante viene cuando después de confuso intercambio con un amigo de aquellos que tienen siempre presente en su  trasegar el asunto de lo regio me veo en una carretera tras de dos niños que son mis hijos; se meten en un túnel; cuando llego al extremo del túnel está sellado pero en medio de mi incertidumbre viene un ser andrógino con un velo que le cubre el rostro y me indica una puerta lateral como los watter que se encuentran en los pasillos de los edificios; allí, efectivamente, están mis hijos ante una losa de mármol; mi hija tiene el mismo tipo de velo que el ser andrógino y está jugando con la fláccida desnudez de mi hijo echado sobre la losa. En el instante en que aparece la boca del túnel me veo apresurado saliendo de él y preguntándome qué se hicieron mis hijos en este momento que la tierra tiembla y el volcán está dando tremores;  luego estoy guareciéndome bajo el alerón de una fonda, llueve profusamente, enfrente tengo una pantalla de plasma que muestra la evolución satelital del clima enfocado exclusivamente en el sector del volcán cuyo panorama real tengo ante mis ojos al costado; la fumarola es altísima y el temblor constante; por una ventana veo a los parroquianos en la fonda borrachos, alguien pide diez cervezas y un ron “para mi trompo”. Un autobus choca delicadamente contra el ángulo esquinero de la casa de enfrente; la fachada se va a venir abajo, de modo que corro a protegerme y me veo saltando entre arroyos feroces en un lugar obscuro donde, en los extremos y costados, viciosos titilan sus cuzcas de bazuco; he perdido el saco y el morral. El día se anuncia con gentes indiferentes que se trasladan de un lugar a otro; la lluvia no está, en cambio, una luna llena de amanecer se conversa con otra luna que aparece y desaparece entre nubes; la situación se me hace tremendamente interesante cuando la otra luna empieza a decir que es un meteorito que va a chocar contra la tierra pues su tamaño se hace cada vez más grande y su mapa definido; se posa suavemente sobre el llano que tengo enfrente, en forma de inmenso balón inflable con un anillo de corredores como si fuese un hongo y en el que sendos personajes esperan sentados en sillas playeras; la gente, niños todos, corre hacia el fenómeno, yo dudo entre huir o ir a recibir los regalos que en pilas crecidas van entregando, cuando me acerco, el personaje se queda indiferente observándome, le digo que también quiero regalo, él me responde displicente que no entiende nada de lo que digo pero me entrega sólo un paquete como una pizza y un pequeño dispositivo como un tablero de comandos de play station. El rostro es oriental y de pronto me veo en una barriada tomando unas escaleras como las de incendio que se tambalean como una muela que se aferra a su trozo de encía pero logro el suelo. Un hombre se asoma a una puerta y se queda mirándome y me dice algo a lo que respondo con una ironía; las escaleras ahora son de concreto y bajando a su final el tipo se sienta conmigo a conversar animadamente, me trata como a un sabio, enseguida unas mujeres otean apesadumbradas el horizonte, sentadas como nosotros en el escancel de una tienda, ante la pregunta de si ya pusieron el almuerzo responden que esperan a que la cosecha sea óptima y no un tópico.
El camino del sueño lo recorrí íntegramente esta mañana, túnel incluido (es el túnel en construcción de la entrada del pueblo que ya tiene luz del otro lado). Los que pretenden que yo soy un tonto de remate y con sus razones de dinero me lo enseñan, andan como sonámbulos. Pero los principios no son tontos, si lo fuesen sería sólo para dejarse descubrir como fundamentos. Es por eso que la escritura sagrada vino luego del sueño a proponer su dialéctica in-codificada. En primera instancia la imagen apocalíptica del libro con los siete sellos es más real de lo que se presume y luego viene el evangelio con su anuncio lleno de lágrimas como las que vertimos los que no somos bien amados: Jerusalén, verás cómo serás sitiada y arrasada con tus hijos dentro. Pero, así como nosotros, que tuvimos tanta fe que sirvió  para volvernos transparentes en el sentido más lato de la palabra, para que la anticipación de la inteligencia no hollase los lind-e-ros del poder, Jesús va llegando al fin de su reinado; dosmil años es una cifra buena para mostrar a las generaciones el significado de la eternidad: humildad que ve  a la vida no como un misterio por resolver sino siempre resolviéndose, para dar paso al nuevo kristos erigido hace mucho:  el superhombre que el pobre Nietzsche encarnó, pero sólo como cord-ero d-e-go-h-ollado en un caballo. Todo el acero, todo el bio-tecno-dispositivo, todo el macro-cosmos económico-social que deja que sus muertos (alemanes, americanos, musulmanes, chinos) entierren a sus muertos erigiéndose como reyes en la jungle-Joung del nuevo mundo (hoy vi una pareja alemana pavoneándose por el parque del pueblo con su belleza estética real y con su somnolencia espiritual enraizada en sus negocios, en su  proyecciones, en sus dominaciones, tronos y potestades, ignorando a su Moisés que también anuncia que el verdadero hombre ha de sufrir mucho su ceguera y sus taras de moral pues el girar en torno de las pulsiones y aplicar su fuerza a la búsqueda de un poder de prevalencia es sólo errar en la aridez del ahora, antes de volverse la piedra angular) es la muestra de a donde puede llegar la evolución: piedras parlantes y pensantes, acero andante, nubes orantes que niegan el resentimiento de guerreros con motivos, de aborígenes sin estructura genética pero con el reino dentro (los principios encaletados en sus seres ignorantes), de los traficantes de ideologías espirituales que se venden como gurús de magias insulsas pues, qué es aprender principios de teosofía, de trasmutación de los elementos, de seres astrales que vagan por el mundo del absurdo, de libertades sexuales encadenadas a la culpa puesto que las esconden y las manipulan aun con violencia como el único objeto real de vivir, sino falta de humildad ante la grandeza del universo y sus posibilidades? que la masonería y la filantropía todavía rijan el mundo anclados en la política, solo puede significar que la madurez de la cosecha apenas se muestra como yemas de nuevas ramas en el árbol del tiempo. Ocho y ocho: dieciséis, seis y uno: siete, el número de la plenitud que aún tiene dualidad, todavía no elimina su atavismo. Los 88 años de la duquesa de Alba nos hablan de esos emigrantes que no son ramas o acodos del humanismo en las tierras del progreso, son las raíces hundiéndose más y más en la tierra de la conciencia, las ramas aún metabolizan el aire enrarecido de todos los puntos cardinales. El oriente perdido.         

PD:
Lo asombroso de lo anterior es que el SUPERHOMBRE advenido: la piedra pensante, el acero andante y la nube orante sólo se hace posible en aquellos que pusieron su fe en el Crystos cristiano