sábado, 4 de enero de 2014

RESURRECCIONES DE POETAS


RESURRECCIONES DE POETAS
Una forma de la inmortalidad que ofrecen los diablos:
pelea y pelea
con el mundo y sus altibajos
lucha por la carne ahora que el alma está en debacle
no le entregues a Dios tus penas y tus ansias
lucha, sé un guerrero
pero no con las armas
sino con el ajedrez blanco y negro
de las nubes de las palabras
duras y blandas;
hazle la corte a la idea
acaríciala con las manos
de tus aurículas desconcertadas
por no encontrar la forma definitiva 
donde descansarle, a obscuras
de su búsqueda deslumbrada
y cuando la traspases con tu istmo burbujeante
en la bahía de la nada
no le ofrezcas el cigarrillo de la alegría
hazla sentir vulgar, descocada,
que te siga pidiendo más
y niégate
hasta que te entregue la información
que persigues como doble agente
de qué sucede cuando los agentes
de este lado de la cortina
en paz saltan al otro lado de la trinchera
acaso te diga que empieza de nuevo,
eternamente,
la guerra,
con nueva identidad
pero la misma cara;
de paso le robas a Dios
las letras secretas

de su fementido nombre

ESQUELA DE NAVIDAD PARA COLEGAS

ESQUELA DE NAVIDAD PARA COLEGAS

  Bajo capelo, imposible ver paja.
ni aguja. Roma no se hizo en lo hablado
cuando habladores y cojos mataron.

y le agarraron la pata a la vaca,
no, no hay peor tonto
que el que hace milagros.
porque donde hay humo, hay gato encerrado.
Paul Mouldoon

La verdad es que los poetas sufrimos orgullos reales
-que no son orgullos regios-
y aunque estemos divididos en lamesuelas y toreros
seguimos emperrados en hacernos querer
aunque ya no seamos el tuerto López
y nos hallamos apropiado de los zapatos viejos
y nos vaciemos fundidos en la esperanza
de que el viaje a pie siga siendo de la misma parte
y el señor Carrasquilla ostente
-con y sin nosotros-
un soberbio desprecio grecoquimbayero
que no pagaremos por un café-Valdés
para que nos miren
y les daremos madera en “Pan Extra”
a los sorbedores del bouquet fino
por el mismo precio
y seguiremos publicando en la editorial global
así no nos ganemos un peso
y así mueran ellos de la envidia
en Madrid, Tokyo, New York y México
seguiremos montando clase y talla
sin pasar por la Gran Bogotaña.