Huevo es, gallina lo pone y a vul-gata lo explica. Me inspiré en "Los Libros", escúchelo mañana en la Radio Nacional de Colombia a las 10 p.m.
LA EDITORA DE LOS LIBROS
— Si
señor, concedo que éste es un negocio, pero no es un vulgar negocio de
empanadas y ni siquiera uno de esos en los que la seducción es el principal
ingrediente y aun su ganancia.
—
¡Bah!, qué me dices a mi de seducción. Ni siquiera te haz alcanzado a imaginar
que seducción en lenguaje fuzzy es sed-de-tu-acción y con el acto que
acabas de cometer la seducción podría ser una bonita imagen para vender ¡tú
imagen! y sin embargo es la más ingenua y políticamente incorrecta acción que
he visto por no decir otra cosa.
—
Sí, dilo, la más estúpida.
—
Bueno, pues ya que lo dices. El hecho de que no te hayas puesto a pensar que
este negocio es un negocio brutal –por sofisticado y sutil que sea- y que,
además, por más belleza que involucres, también la belleza es brutal ¿cuántos
humanos se han comido los leones a lo largo de la historia? y el león es
hermoso, además de majestuoso, para que tu pretendas terminar este acto
editorial con un colofón ridículo. ¿Acaso quieres que vengan los leones de la
crítica a destrozarte por querer mostrar una imagen de vulgar manipulación de
emoción y bondad; que digan que no te ha quedado nada bien haber querido
aparecer como un cordero en medio de lobos?
— Y
¿es que acaso no te diste cuenta de que mostré las bellas obras que hemos
editado y toda la monstruosa lucha llevada a cabo para que cada elemento case a
la perfección. Que incluso las obras imposibles las llevábamos a cabo. Buscar
la dirección de la fibra apropiada para que la imagen cuajara y no se
desdibujara ni se despegase de su misión. que cada hoja, cada carácter, cada
detalle insignificante causara el impacto apropiado? ¿No viste como se
mostraron maravillados con las puntas redondeadas, con los paisajes ilustrados,
con los textos exquisitos y aun las puntas agudas que también tenían su flor? A
propósito; apuesto que ni siquiera te fijaste un poco en mi relato corto.
—
Ay, Pilar, Pilar; Pilar natural de mi ser y mi obra; antes de decirte que sí,
que me fijé y cómo, quiero decirte que estaba pensando en que es una pena,
ahora que hemos llamado a David Frost a trabajar con nosotros, que se vaya a
sentir defraudado. Sí, no niego que tu invención de la negra de nalga
respingada, que ama el mar y los cangrejos ¿no podría ser que tenga cáncer,
ahora que estaba vieja y cansada de gozar?, que alaba a la blanca sin envidia
ni veneración, que también le toca el seno y el vientre y otras partes sin que
necesariamente tenga que ser una insinuación sáfica, antes bien la canta y la
cura, por contra de esos otros cantos que ahora van tan al día de las cosas,
que maldicen y auguran daño, es lindo –lo lindo linda en lo bello te dije algún
día- pero no es nada genial. Tenías razón, no ibas a ser Virginia Woolf y menos
mal que no lo fuiste; estabas para más grandes cosas. Es más, también capté el
argumento de la marihuanera -aunque
no leíste el relato- ¡podría ser que también tuviese un alma bella!, incluso más que tú, que a veces me pareces
monstruosa. Y no me jodas con tus
lloriqueos; ya sabes que cuando te hice; porque te hice, dejé en tus manos
mostrar lo digno de mostrar y, si te daba la gana, lo que no; yo no tengo
tiempo que perder con minucias; ya sabes que aquí editamos libros, libres y
ganamos libras y libertad; así que no me mames con tus eco-lógicas, en un rato me estarás asolando con tu ardor
endemoniado.
— Bueno, ya me sermoneaste; me hiciste
quedar como un soberano rábano y tu sabes bien que por más que estemos
emitiendo de viva voz, en diferido o en vivo y en directo, estamos también editorializando,
y si quieres, podemos rebobinar y editar; porque si a tus lenguajes fuzzy vamos, editar es a-ir-de-ti.
Sólo quiero decirte, para finalizar, Señor, que si dices que es vulgar y
desatinado terminar con una loa del servir, en un autor que podría, al
pertenecer a Suiza, ese Walsser, ser tan
frío como tú, que ese Hijo que nos mandaste tenía como lema ese: Servir.