miércoles, 14 de mayo de 2014

¿EL CREPÚSCULO DE LOS LIBERTINOS?


El escritor manizaleño Eduardo García Aguilar publica un erudito artículo en su blog acerca de el crepúsculo de los libertinos; en él hace una descripción sucinta pero completa de la historia de la literatura carnal; sin embargo, su tema de reflexión es desafortunado. En lugar de jugarse por la idea de que en pleno siglo XXI la sociedad novelística presenta un panorama autoreprimido, con lineamientos que intentan respetar los cánones de  estéticas gazmoñas, o cuando menos decencias que parecen heder a hipocresías ridículas -cuando cuatro o cinco semanas atrás había hecho una detallada semblanza de los destapes eróticos posmodernos, caso Cristine Angot o Virginie Despentes y aquellas divas de la literatura sin calzones ni escrúpulos a la hora de denunciar padres abusivos, maestros vividores y alumnas oportunistas como telón de fondo de una sociedad de masas metida de lleno en el vértigo del aquí y ahora- podría haber sido un poco más agudo con aquello de que pese a la crisis del mundo del libro, tanto en su asunto de objeto físico, como en el de su abandono como instrumento de ejercicio neurolingüístico -ahora hay más calistenia cerebral con Twitter, los videojuegos y el funesto, para la lectura, cine-, todavía hay nichos de mercado para toda clase de cachivaches culturales, así como también hay todavía un mercado -y grande- para los productos sofisticados (y toda filosofía de la virtud pertenece a refinamientos de la psiquis), que ya como fetiches de nuevos ricos que se dejan contagiar de la nostalgia de los mundos regios en los que el glamour exclusivo no desecha los humores venéreos, sólo los perfuma con esencia de rosas destripadas de lo noble, lo bueno y lo bello, bien como socios de esa misma cofradía exclusiva en la que los mismos cielos son conspiradores de un mundo ordenado, con futuro, gobernable y acaso perfecto. Pero también hubiese podido reflexionar, como me lo hizo hacer a mí con el mencionado artículo de las divas del destape y cuyo producto sin elaborar fue: ¿La era posmoderna fue la que acabo con la literatura del genio? con el destape absoluto de todos los tabúes, con la desmitificación de todos los relatos, con el aval a la neurosis como forma de vida de psiquis desordenadas u ordenadas en torno a la voluntad de poder en las que sólo importa tener el oro disponible para poner a funcionar a todos los moros ¿se avino un nuevo florecimiento de la decadencia feliz y narcotizada que mató el reino del símbolo?