LUCES
Amaba el foco de la luz del día
así como tenía miedo al miedo
de modo que cuando el sol empezaba
a ponerse el sombrero se recluía
y así encender su luz más íntima
pero un día bajo la embriaguez del hechizo
de la noche acudió a su lánguida llamada:
Dos estrellitas en significativo cuadrante
se retaban a juntarse
azuzadas por un verde titilar de semáforo
que afanaba un agosto rezagado por el amor
en la avenida celeste de un septiembre vano
más, no le importaba al cielo ¡qué carajo!
tampoco a las manos electrónicas
que sólo querían pilotear el hilo
¡cuál más lejano!
pese a que con sus displays hubiesen podido
guiarle un poco más sus des-informaciones
en cambio el corazón regañó al vuelco
no a los ojos generosos
¡las ventanas de hoy no necesitan más engaños!
II
Habría que ver si el Gps con que triangulas
el revolcado cuarto de tus trebejos está bien sincronizado
con tus órbitas de posicionamiento
Habría que ver si el inventario es fiel
si las luciérnagas alimentadas con sueño
no habrán ocultado algo del mobiliario
si los trastos inútiles que rellenan insospechados rincones
se recibieron como gabela por comprar embustes
y dar crédito al superávit ávido de novedades
ahora que en el carrito se han deslizado enfermedades
con oculta marca de fábrica: Sida, ébola, fiebre cochina
chico-un-gong-.en-tu-uña, influenza aviar-tu-t-ora
de temblar al ritmo del terror
si la chequera está en blanco
ya que atravesaron las fronteras de contrabando del diablo
nosotros que vivimos en el reino del infierno y sobrevivimos
gracias a los cientos de toneladas de fe que importamos
de los cielos de la sospecha en el pecho: ¿la llevo? ¿yo soy?
a precio de cultivo de laboratorio del concepto
que desciende a precio de huevo huero
en el mercado de la ignorancia y la indiferencia
y resulta inmunizada en la tableta que efervece en la sorpresa
cuando se encuentra que la mano que le estrecha por la tarde
es nunca la que le dio el mensaje en el chat de la mañana
y ya no quiere tirarse de cabeza desde la ventana del televisor
sino besar la nube que le gime allá lejos del oído donde late.
* * *
POETAS
¡Ah, poetas!, esos espías de Dios en el reino del diablo
y al contrario. En la guerra o en la paz
Hesíodo, Homero, Esquilo, infiltrados
para descubrir el mecanismo con que se sublima
el oro de la escoria, es decir, los principios,
Dios en su espejo invisible bien camuflado
nadas de inicio replicando el eco devuelto
al futuro romano a la mano:
Horacio, Ovidio Nasón, Virgilio, enamorados
del encargo del diablo:
Cómo es que el fuego, su esclavo
se le escapa de las manos
se trasmuta y disfraza en los elementos
el viento habla lo que Pompeya calla
el libro entero en fragmentos
tierra y agua la doncella entregando la flor
el panadero amasando alas de ángeles: corrupción
cómo es que el plomo se alió con el vino
no es Saturno ni las cubas culpables es la sangre
que termina renegando de sí misma
y Shakespeare renegado
ni de un lado ni del otro
el Hombre es el asunto, y su tinglado
hacer una copia del sino y su máscara
y venderla por el lecho diario
de la Historia descansando entre vahos:
Villón, Baudelaire, y todos los malditos
poniendo escalones de manos a Thomas
encima de Wordsworth y el ruiseñor
de la muerte trinando en el canto del muro
la calandria alisó bien el pliego
los diarios explican, al re-vés, el evangelio
de Saint-Exaupery y cómo no le ha bastado
su principado de alas de plumas metálicas
todos enviando mensajes cifrados
de la guerra del régimen de turno
entre lo real-regio y lo real-fantástico
sublevado de oprobio
¡miente el rancio soporte de la razón!
guillotina para el rey bastardo
mercenarios de la verdad ¡uníos!
la cultura reina y su contra la contra-cultura
se ha atrincherado: ¡Muerte al eterno retorno!
que griten de nuevo las piedras:
Los poetas mienten demasiado
para que los acepten en la corte
que cojan a Cohen y confiese
que Dylan le torturó tumbado en el suelo
durante meses mirando a su horqueta
hasta que cantó:
Nos refresca el sudor de los sobacos de Dios
cuando lamemos su alcohol y es inútil
su frente intentar lamer
pues es trabajar para el viejo Parr
nosotros que sólo somos viñadores con los pies llagados
de tanto pisar su lagar esperando
que el Fondo Monetario Internacional
le condone su usura de beodo inveterado
mañana nosotros pagaremos con la seca.
* * *
SISTEMA DE SEGURIDAD
Tienes miedo de que mi lengua te meta fuego por las orejas
y que se enciendan tus más preciadas ramas
y cuando ya no haya remedio para el incendio
que mi lanzallamas se haga manguera
e inunde, con daño de premio, tus propiedades,
con chorros benditos de agua fresca
por eso pones distancia y alambras
con aretes coquetos que llaman y alertan:
mechón de pelo al acecho
para ahorcar lenguas ladronas
perro perfume latiendo en las sienes
no se encuentra la dueña.
Pero ya tengo instalado mi señuelo
para el pelo perro y la cerca
te he enviado, silenciosa, la pulga en la oreja
entonces tu dedo extravía la diligencia
en el límite de la comisura te escuchas:
tal vez aprenda
cómo es que el pelo del pasto se empecina
en ser pezón y misterio
la vaca de nuevo en el redil, caducada casi la cédula.