FLOR DE SAL
Intrépido
niño
Que
estremeces la dama
Con
tu aliento tibio
Descendiendo
del frío
La
encuentra
A
la salida bulliciosa
De
la escuela del silencio
La
toma del talle del tallo
Y
en su rostro de pezón turgente
Estampa
un beso
Y
entonces un estallido se abre
De
rubores, de noches, de anhelos
Guijarro,
canto rodado de niño
Esquiando en la faz de
un lago tenso
Desciende
hasta el fondo
Y
se hace pálpito súbito:
Me
llamo tremor de poeta
Atisbando
una musa
Le
dice ¡y tú!
¿Cómo
te nombran
sombra
exótica
de
sol negro?
Acaso
me llamo orilla de sueño
O
claroscuro del miedo
Mas,
sólo llámame Flor de Sal
En
desolado lecho.
GRANDEZAS
DE HOY
“Pero ellos no lo entendieron así,
Y todavía ahora, cuando leen el antiguo
pacto,
Ese mismo velo les impide entender, pues no
se lo han quitado”
2 Cor. 3,14
Estúpido
mundo dichoso
Empalagado
en el embeleco
De
tu propio espejismo
Ahora
incluso te resbala
Pelar por el
afrecho:
Un
gramo de polvo, un trino,
Una
copa de vino, un güevo
A
precio de pucho
Tecno-tembloroso
week-end
En
un antro con estilo
Posas
para tu nada interior
En
marca miserable de prestigio
Te
ríes de mi rudimentario oficio
Pagado
en ufano salario
De
alto precio:
Darse
cuenta del truco
Sin
develar la trampa
Mientras
te vistes de mona
Para
aparecer de oro y de seda
Justiprecias
al otro por sus piernas
O
su billetera
O
por el látigo sutil con que te arrea.
¡Bah!
Siéntete grande cuando detentes
El
archivo cifrado de la identidad
De
un pueblo entero
O
cuando seas un Francis Drake
Del
tesoro de bits e impulsos
Que
cambia la dirección de la voluntad
De
espíritu
Deja
que el paria y el labrador y la fámula
Se
compren a cuotas
Su
pequeño y barato secreto
En
la guarida del brujo y el yerbatero
-tiene
algo más de cierto que lo tuyo-
Más,
que se entere y persuada
Que
es muy difícil
Hallarlos
a precio de Ghandi,
De
asceta o de basurero.
¡Ah,
tú!,
Bollo
seco sin información
Para
las moscas
Cagada
perdida para el santo y seña
Del
contrabando de silencio
Que
ulula
En
el mercado de pulgas traficantes
De
la sangre del electrón
Y
el salto mortal del corto circuito
Que
bajo fachada de circo
Se
infiltra en el país del cálculo
Y
los servicios metereológicos;
Ahora
que la s almas guardianas
Del
volcán atronan
Para
asustarle sus arcadas de gula
Sus
convulsiones de loca brújula
Deja
que los rústicos publiquen
Su
pasquín de rumores
Y
que exploten la pirotecnia
Se
sus secretos a voces
Y
haz que se traguen el fuego
De su escupa
Para
aliviar su úlcera
Envez
de lacerar
El
inocente pavimento
Para
después ilusionarse
Abriendo
una cuenta
En
Facebook.