jueves, 5 de julio de 2018

CRÓNICA


¿Ya leíste el periódico subterráneo

que te trae las noticias como un vaho

y te cuenta que anoche estuve en desvelo

y te escribí un poema o que me eché una mano?

Sí, en páginas interiores, párrafo apartado

para excelsas mentes, el anuncio, estudio

“Los poetas mienten demasiado,

pero es que, mienten tan bello,

incluso cuando se topan con una verdad de a puño

la trastocan en mágica realidad con arte de engaño

y nos regalan tanta ilusión bañada de emoción

que uno termina preguntándose si no será, también,

un poema extraño, único y lejano de un poeta

que hace camino, supremo, excelso, en la nada 

hasta que se dice: Hey, ojo, pues, que te vas a coser las manos

y la aguja del ahora se hace araña llamando.

¡Mira, amigo lector, ahora, por ejemplo,

ese poeta que ve una muchacha cualquiera

-a decir verdad tiene porte de clase altivo y noble

pero como todo el mundo va de prisa buscando su otro,

nadie se da por enterado- con ojos vampiros, inyectados

en sangre de porro que recién ha elevado, no motores, plegarias,

a los dioses pispirispis del aire y no es más que una bruja

de rasgos armónicos, robados de la cómoda de la antigua belleza

con rostro de turista sonriente y plácido,

en realidad lleva una pistola camuflada en la mente

y se dirige a la cama de un maestro de las artes amatorias,

con finas sábanas protectoras académicas,

que van a compartir además de un buen polvo,

el producto del último atraco:

van a maquillar las cuartillas recién salidas del horno

de un genio entre sombras declarado lunático

ligeramente de modo que la paranoia no denuncie

a dignos doctores en saco prestigiado ¿habrá de matarlo?”

Lo que no dice tal pasquín de barro es que no pude

Pagar el destacado aviso, en negrita e idioma de prepucio

Medianamente aseado de modo que no bastardee aromas

Y que dice con un grito: ¡Eu te amo!