miércoles, 28 de agosto de 2013

CANÓN-(H)IGOS

H-E-T-ER-Ó-NTICOS
Roe y cae, Caeiro
sol que sale y se hunde
no le importa si sabe qué gira
en torno al mundo.
Reis, está enamorado
de la aberración del ojo;
por eso  Reis; sí-ríe
y es un poeta menor.
De-Campos, l-ávaro
agrimensor
¡qué poco orgullo y vergüenza!
atesorando medidas
de lo indestructible.
(e)S-A-peso Pessoa
serpenteando en el hilo
que dedos burlones
del mismo
ignora su suerte
en el teatrino
pero se echa las cartas
lee-los-maestros
Lee Masters
y se gradúa de Edgar
dando una cachetada ardiente
en hot-Grade al canon
por su aristocrática exigencia
de usurero en el desvarío
 de los Extr-a-gones.

* * *

ELECCIÓN
En otro tiempo salía a votar
por la veleidad de sentirme
buen ciudadano.
Hoy sólo trato
de albergar la ilusión de ser
un silvestre animal sano;
y no es que no convenga
en que sea necesario el collar
y la hipnosis bondadosa
de un buen gobierno:
es que después de hacerme
perro amaestrado
no siento la misma ambición
de conquistar
a menos que sea la conquista
de un buen seno
no-sé, pero me confundo.

* * *

DEATH’IS WARRIOR
De nuevo, de nuevo,
de nuevo dirán
la Fuerza Española”
Hart Crane

Nuestras cintas de Möebius, las letras
 que le dan la razón a Berkeley
y se la quitan
tráeles, letras, la vida
y déjalos muertos;
que se enamoren de los verdes      
sin mezclar azules y amarillos;
que se instalen a vivir
en los R-o-jos
sin transitar la avenidas
de la sangre;
que jueguen sus motivos
de “Final de partida”
ganando bazas con cada pecado
y que todo-God, Godot
se convierta en el menos
interesante misterio
que los intriga.
Llameémonos, llamémonos
nosotros sacerdotes
de esta generación
que por la Hoz-gnomo-nosis
tenemos a mano de cerebro ardiendo
los dulces amargos sabores del saber
hasta que los esbirros del dominio
mandan amancebarse
con la madre de todos los vicios.
Jódelos, déjalos
que no se antojen
de ser Murphy
y que se abroguen
su propia ley de tales
ma-lex, inteligentes y
agradables charlas
vaciándole todo el depósito
cuando sólo solicitó un céntimo
en préstamo
y sigámosle lamiéndole la nalgas de mantequilla
a la señora esa
poniéndole en el trapecio
la cuadratura del circo-ulo
métetele en un uol,
en un hotmail
y deja que te monte como un yahoo
sin que se sonroje de tu perfume
pero que se acuerde
que anduviste

con Belacqua.