domingo, 14 de junio de 2015

CRÓNICA DE UNA MODERNA LOCURA DE AMOR

CRÓNICA DE UNA MODERNA LOCURA DE AMOR

Si no es locura de amor, entonces ¿qué es esta lucha, esta batalla de huir de esa luz que me llama desde ese lugar con forma humana y que es un lugar común?, por cierto, ay, y es que tengo un piélago pegado desde la primera vez y me resistí y puse a freír el cerebro en razón caliente y se me quemó y aún me sabe bueno ese carbón que se me atraganta.
Qué, si no es locura de amor esa huida despavorida de la primera vez, cuando el lente objetivo ponía el aviso ¿es linda o no es linda? Y el puntero analizante decía, no, no es linda; o sea que no está dentro de tus linderos: Rostro deslumbrante –mujer diez, estética perfecta-, culo grande y redondo, con medidor tectónico,  tetas para alimentar un kinder garden de abandonados en la acera; Estilo fácil de descifrar, dulzura coqueta de catálogo. Ay, pero es tan bella.
Para dónde vast, el test que duró más de cuatro semanas de todos los dispositivos del sistema: por qué te gusta,  que categoría de compatibilidad tienen, qué puedes ofrecer, qué redes tienes: resultado, worms de confusión de esquemas ¿qué desea hacer? No destruir, poner en cuarentena. Ay, pero mi corazón se volvió perro faldero hambriento, perdido, abandonado; se fue tras de tus pasos sin poder decodificar –lo suficiente- el aroma que ibas dejando, y entonces todos los mensajes spam ganaron categoría de no spam, importante. Y las apps inútiles, “descubra como le atrapan las redes camufladas”, la atención personalizada al hippie desgarbado, tipo estudiante de bellas artes, ¿está bien así el café, le echo más leche? ¿Es usted  un cliente de categoría? No nos consta. Compre más. Entonces surgen pop ups: Dos mosquitas abrazadas que caen en la leche caliente después de chocar en un vuelo suicida contra la pared rocosa de la frente del cliente soldado universal: Responda la pregunta y se hará acreedor de un fabuloso premio: caen muertas las mosquitas abrazadas a la leche caliente porque: A) Es un indicio inequívoco de que hay dos corazones amantes entre los cuales usted es mosca en leche. B) es un envío del cielo que te dice que esa persona que no está presente piensa en ti. C) Su realidad está sólo en su mente y usted ve lo que quiere ver.
Y la denuncia ante el tribunal de las buenas maneras falló a tu favor. Habrá juicio, se escuchará a las partes en audiencia de descargos el día en que se pague el importe de costas de ritualización, no se admiten fórmulas copiadas de ningún manual, sólo se admitirán declaraciones que prueben su autenticidad...
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LA ÚLTIMA CARTA

LA ÚLTIMA CARTA
Sabes, te escribo estas líneas en medio del temblor –tú sabes bien a qué me refiero y sabes bien que aunque hemos pasado muchos temblores juntos, incluso terremotos, no es ese tipo de temblor; tampoco es el temblor de la emoción de cuando el amor y la pasión, aunque también, ponen nuestros corazones y todos nuestro músculos y nervios en el tope máximo de la llama que sube y baja como una ola aun sin playa-. Sé que tu también estás escuchando la música mientras te escribo y la escuchas del mismo modo que yo, sin sorprenderte, sin abrazar la curiosidad de asomarte al papel. Cuánta gente hay en este inmenso recinto; qué hermosos se ven todos ataviados con sus mejores galas y ese gesto solemne y respetuoso. Es agradable esta sensación ¿no es cierto? La música va y viene como si hubiese una falla en los altoparlantes y sin embargo su ritmo y su melodía la entendemos y la disfrutamos con plenitud. ¿Que te parece una pendejada que te escriba ahora, yo que nunca te he escrito? Pues a mí no me lo parece. Veo que no me miras a los ojos, no creas que me hace falta. Si estás lejano, distante, con tu gesto hierático y soberbio, tú que dices cómo se equivocan todos con su espectáculo de la dignidad, yo no me arredro y me siento tu reina en mi bata humilde y mis pies vestidos de despojos de sandalias. ¡qué si estoy viendo! A esos niños juguetones y llenos de inquietud y travesuras disimuladas para no importunar, claro que los veo y son hermosos, y mira los padres se les ve como la gacela de la inquietud se revuelca en sus pechos pidiendo que se la deje ir a pastar a su pradera silvestre y serena; está bien, tienes razón, esa no es una pradera serena, es una pradera apacible pero surge del aire un sofoco que tiende a ser bochorno mientras los pájaros en sus bandadas surcan el cielo de la labor de mañana; el nido sin terminar, la escasez de semillas para repartir en los surcos aunque miríadas de insectos sin que alcance el hambre para mantener el equilibrio del vecindario. Bueno, y a ti que te importa, ¿es que acaso quieres ayudarle a airear el ambiente a la mujer de tetas grandes que está a nuestro lado? Ah, socarrón; no, no me burlo, si quieres te doy permiso; está bien, está bien, déjame disfrutar a mí y tu laméntate si quieres. Bueno, nos toca ir a recibir la torta; ¡que es pan! Bueno, no importa; que no todavía? Cuál mano, ¿para qué manos? Está bien, no jodas tanto; mucho gusto señorita. Oye y si son capaces de joder tanto viniendo a dar manos por qué no vienen a invitarnos al convite. Hombre no seas porfiado, mira que sí estás temblando; si, yo sé que no es de rabia, pero no te empeñes en darme tu la mano antes de ponerte tú en camino.
Qué bueno es poder ir por nuestra ración mientras las sombras difusas pasan por nuestro lado, presurosas e indiferentes, y volver a nuestro sitio atiborrados de ese pan de la alegría de esperar, falta muy poco, llegar a la meta de los cien años. Y que sepas que también te amo.