viernes, 11 de noviembre de 2016

LISETH YUSBANI


LISETH YUSBANI

El espíritu asomado a la ventana
su carita
apenas protegida por la sombra brillante
de una gasa
¿qué intimida,
tanta dulzura o el portento que se asoma al entrecejo
un relámpago ido apenas se anuncia
y una lluvia de esmalte dejándose caer
por el resquicio de unos labios?
Y es que pese a que el mundo es ahora una pompa de jabón moral
que se hincha y se afloja al soplo de cualquier minucia
y el dilema se mantiene sin el filo de la aguja
¿de qué está hecho ese vidrio?
que deja pasar al viento y a la tormenta
-porque toda tormenta es eso
la mano del espíritu al que el ser se le escapa por los pelos-
sólo hasta el dintel del pétalo
y cuando se estremece
¿torna a calma chicha por miedo o por respeto?
Y,  doctora ironía, perdón, señorita jumbo,
digo, señorita chocolate, excusas,
¿cómo hacemos?
Este nudo en la garganta
que se hace cuando uno quiere hablarle, ¿no lo trata?
Esa tipa, de todos los tipos que pisoteó un amor propio
-porque todos bebemos todos los días y a cada instante
la pócima de brujería que intenta dibujar las almas
con un lápiz algo loco, medio presuntuoso que se vuelve un tonto
cuando quiere pronunciar ese nombre, y entonces,
las genealogías de todos los nombres
y que supuestamente se ha pasado por las armas
a todas las etimologías y habla
de un caballero antiguo que afincó todas las costumbres
y las juntó en un reino
cuyo nombre de revés colgó a uno de un madero
y a todos los demás los puso  a rendirse
a su cetro de nariz aquilina
del que también husmean los pájaros y los perros
y las flores, para adivinarlo cuando ya lo gritan,
y los malhechores y los contrahechos y los bellos y los torpes
y hasta el fantasma del señor Hölderlin
que amó la flor diminuta en el resquicio del muro
y obliga a una plegaria de la rodilla
ahora leche del milagro que brota de la vagina del asfalto
en forma de gotas de vino
de la familia lágrimas de bebé- y mañana,
dígame ¿cómo amaneció el ser más lindo
en muchas leguas a la redonda,
aunque él mismo diga que hay otro ser más lindo

al que nadie puede quitarle la corona?

LUCHA DEL SER


presiente el ser cuando lo acecha la muerte
o el espanto o la envidia y, en cambio,
cuando aparece el amor en el jardín, apenas
intuye el ente, una sonrisa, un esguince
y ya huye, en-ti-huye
por una ruta desconocida
puesto que al ser no le importa la muerte
pero busca el amor, dónde de-morarse
ay, pero cuando triunfa, sólo puede agarrar
y a las bravas un retrato
acaso de un tiempo largo
almas gemelas que luchan
por sembrar en ese lago las carpas
que le han de dar sustento a eso
que dé contrario a luz
y de silencio a escucha da
todo y nada repartidos
quebrada industria
por eso el beso muerde
y la lengua usa sol y sombra
y la nube de la envidia se despereza
acabemos con esto que persiste
tan humilde que me cobija…

Descanso de sal? ni el óxido.