jueves, 29 de mayo de 2014

MELANCOLÍA

MELANCOLÍA
Melancolía, agridulce sabor de la felicidad cuando se cansa
de ser amiga de la risa:
coge sus atado de acasos, los mete en su mochila
se encasqueta su chaqueta de cielo gris
y se perfuma con garúa de Lima
 y se va a negociar con la adversidad
acerca de ases guardados en manga de antojos
acerca de antiguas jugadas dejadas a las albricias.
Se deja invitar a un té
 y se deja apalear con sus elegantes ironías sofísticas
-si tuvieras billetera de cuero de culebra
podrías enviar inteligentes regalos a una dama chicanera
pero como solo tienes aires de elegante pelagatos
sólo puedes calentarle la panza a las piedras-
Cuando por fin se arrellana en su sofá de angustias asfálticas
serenadas con tisanas de soles tediosos
le suelta su andanada y la acusa
de vieja neurótica masturbatoria a dúo con la malicia
más le espeta cuando ella se ríe de sus argucias:
Puesto que toda masturbación es cerebral, estás perdida;
yo, melancolía divina al menos me hago el amor a mi misma
y me nutro de mis profundos jugos
mientras vemos qué se hace con el estado de sitio;
tú, en cambio, eres como un fumador de bazuco
que se masturba con la realidad, árbol estéril
que no da frutos.
sólo aquellos que regamos de fe o de estafa
pero los sueños, sueños son y son putos
y tú, avara cultivaste goce de disgustos.
Entonces se larga dando un portazo
y de paso les pide un plon a los muertos
que se fuman sus porros de niebla
encaramados en las palmeras del cementerio
mientras, una niña pesca en río de belleza revuelta
con su caña de cámara obscura
-es nostálgica de análogas épocas menos eclécticas-
y engarza fotografías de sus fachadas de mármol sin pátina
sólo un nicotínico esmalte amarillo
con el que barruntan inciertas citas
de limpieza con la odontóloga del miedo.
Se devuelve entonces furiosa y le grita:
Si al menos me dieras como les das a las viejas
brujas o vírgenes cuando me ocultan en pantalones
elíxir de lágrimas para desahogar el despecho
de capitular a la DEA de delirios su adicción

a patrocinar improbables hechizos.