martes, 20 de febrero de 2018

OPOSICIONES


Jugar al galanteo, ese pleonasmo

amar el cachondeo, esa contradicción;

y os gustan, oh bella

ambas caras de la moneda

el baño de oro de la indefinición

mientras el alma del cobre se debate

por hervirte el níquel

y ensartada la bandera en el asta

plantarla en el mostrador

SAINETE PARA UN CANTO RODADO



Como un canto rodado pateado
por niños saliendo de la escuela
una tregua en la guerra de las cosas serias
mientras el almuerzo; aguijón de malicia
es la única pelota que me tiras
y ya me la quita el hito
de una ironía más fiera.
Voy ¿cuándo te dice la piedra?
sólo cuando cae del cielo
si es benigna, con nombre de sorpresa;
ay, ya sabes
cuando te has ganado la lotería
de la tragedia
ni pío.
Pero ya que estamos
en el estadio de las desvergüenzas
¡mira, qué diestro el árbitro!
pasando gambetas de mano y guiño
a tus pelotas
como si fueran las tarjetas 
y los jueces de la decencia sacándote el juste 
y las bastoneras del prestigio, cómo animan
poniendo a especular la bolsa de valores
de la orqueta, qué arabescos, qué geometrías
qué lenguas de fuego acariciándote
las preseas de la miseria, esas guindas
de la torta que en las fauces de las hienas brillan...
Urgente, llamad a los gurús de la gentileza
qué no digan que el negocio se nos va a tierra 
Nos gustaba ese, nos gustaba ese
¡con todos los diablos! pues a joderse, 
a lamer y a lustrar si lo queréis
que el canto a metido autogol
metiéndose en una mierda.

¡Ah, no! preferimos a mamá en la nalga 
levantando monumento al discurso del zapato viejo


AMBIENTE



Parece bueno el ambiente
seco y de mirada torva
como si ya no hubiese forma
de hablar con los sacerdotes
            [del pan de la reunión.

El sentido popular de la moral 
                        [ya no alcanza
se van por el subsuelo las ofrendas
que dejaste torear sin negociar
un indulto de la dicha
que también tiene su casta
dicho sea de paso
¿Dónde están tus soldados?
Podrías pedir la piedad
de un trueno definitivo
o que ella te abrace con la toga fantasmal
que abre brecha en la carne trémula
del deseo sin que la abrigue
esa dulce dama de la razón
la fiesta es general
todo lo demás es accidente