miércoles, 12 de julio de 2017

VACACIONES PARA WISLAWA


Ya llevaba varios días el real espejismo
acaso, quizás, un encargo venido de lejísimo
una fecha, onomástico
esa idea que se plantó delante de un despertar
Pablo descubriendo el monumento al dios desconocido
al escribirlo y rechazarlo, no hizo más que dar vía libre
a todos los dioses del aire del instante sometidos
a los dioses de la desazón, a los dioses de las cosas
que aletean en las sombras del abismo
pegándose a una gota de tinta de idea
un pensamiento envolviendo sentimiento
de un hueso quebrantado y dando lengua
para que el tuétano podrido viva y cumpla el decreto:
Zsymborska, tiene permiso de irse con ese poeta
tiene vacaciones del abismo mudo
por su buen ejemplo, por su paciencia,
por su alma generosa, por esos besos con la musa
de la lira, por esa sonrisa que enternece el aire
de las formalidades y avergüenza a las balas
todavía tan actuales, tan ellas, tan sumisamente perras
por un plato de lentejuelas del orgullo.

No, no es que me sienta mal atendida en tu madriguera apestosa
ni que no haya escuchado con atención tus confidencias al desayuno
tanta tristeza, tanta añoranza, tanta infamia, tanta ingratitud
tanta mezquindad por un saludo de unos hijos
tanta tozudez en no entregarle a la vejez
la credencial de honor y pensión de retiro
a tu despreciable miembro del club de infortunados
gozones del fuego impúdico
es que podrías haber gozado más y mejor de tu niño
de tu amistad entrañable con los muertos ilustres
y tus compromisos con el sino, si no hubiera sido
por tanta palmada de letanías de tías envidiosas
de tu travieso prepucio que tocó destrancar con pinzas
y enmarcar en un aviso de ¡peligro niñas!
y tanta falta de tacto con los ángeles de la sofística
se sientan al pupitre del trivium las señas no la elocuencia
y el impulso que agarra de las greñas
cuando están dictando su ley los motivos.

Y bien...tantas ganas de hacerme una atención
honrarte en el anfitrión de ese paisaje
me lo das y te lo doy  con maravillas de pintor
ahí, donde el evanescente trazo de ese julio lánguido
por el que me llevas mientras te muestro el cuadro
"...: si, si, querido/soy la mujer bajo el fresno"
que ahora es rotonda de antojos y atajo
de fuerzas innumerables que dan vueltas locas
despechadas de la indómita rosa de los vientos
¡mira, lo que tejió para mi esa abeja!
¡un trébol de cuatro hojas!
mientras tu te enredas en la madeja
lo tomo creciendo desde la grieta
de la escalera de mi Z
No, no cuentes peldaños, en mi están todos
ya está el daño hecho Z-s-y-m-b-o-r-s-k-a
ahora con el filo, con la delgada línea del separador
de hojas y de mundos escarbas, de arriba y de abajo
la ceniza que te dice que efectivamente estoy contigo
Ah, por qué eres aguafiestas
cuál fumador descuidado, es nuevo el libro
transparente y tú el primero aunque no el último
que sabe y desparrama cuántas cosas
no quisieran hablarte los espíritus del aire pero no pueden
a menos que encuentren un objeto que les sirva
de cómplice y heraldo
como el sello del banco dueño del libro
que como a un hato de bestias, las hojas
a todas juntas en el lomo marcó su divisa
y por qué no puedo ser yo montada en ese fuego de tinta
que voy desconchando pálpitos de tu corazón,
voy echando pintura en el abismo que ahora llamas ceniza
y acaso mañana polvo de huesos
que se yerguen cantando el color de la vida.

¡Bien! que acaso sea el hongo que ha de llevarme, por fin
a mi y a todas las letras tras la puerta de todas las puertas
acaso no puede ser como pudo el hado pintor
pintarme sin verme para que ahora me veas?


II

No, que no estoy enfadada
qué galante traerme de nuevo
a tu cornisa en el despeñadero
águila que desperdicia deliciosos fiambres
aquellos versos ¡qué me cuentas!
Sí, la música está linda
en medio del desorden y la ruina
Chopin y sus nocturnos
tan melancólicos y tan enfermos
tengo relojes por todos los rincones del nido
y todos de pronto están locos
saben que el tiempo no es ese delirio
de loro a que los someten
y entonces, me dicen:
Cómo quieres que te demos la hora
si tú no nos das la tuya
el de clase Jawaco pajarraco, gran familia
que rompió relaciones con el licenciado Vidriera
los otros rescatados de anónimas basuras
si no nos das ni siquiera nuestro alimento
de aniones y cationes en Nueva York,
en una escuela de enfermería;
en los bellos desechos salados de una virgencita
esa, cómo quieres que bese tus resecos minutos
ávidos de una lengua perfecta de poder
aunque te lo dé en groserías con tono profundo
y deliciosamente alegre: Papá, mamá ¡por siempre!
en todo el mundo el deleite, ese pan comido
en las narices del hipócrita espanto
que ora de las manos de expertos en hebreo
y junta etimologías como extorsiones y secretos
si no arriesgas un ápice de tu estupidez comprobada
Sí, esa, esa hora todavía con pies y manos humanas
que marca minutos y segundos plásticos como tu la pata
análoga manecilla atrasada una hora como diciéndote:
sé que tienes en salmuera tu hora cumplida
los otros digitalmente disparados
a alcanzar el olympo de la impostación
el guión de la vida lo ejecutan otras vidas
en otros ritmos lejanos y otras plegarias sacratísimas...
en otros displays...


Sí, para qué el tiempo del número y el paso a paso
si tienes el tiempo de la poesía
que no sólo señala los puntos cardinales
si no que te da la cosa trascendida
como si lanzaras más allá de la línea
de abajo, de arriba, de al lado, de aquí, de acullá
una granada que estalla en todos los sentidos
y te da la cifra de a dónde se dirige el ciego impulso
que traslada la frontera más allá del mojón concedido...
Es tuyo el trébol y tuya Wislawa
te lo dejo para tu uso de suertes trasnochadas
con el rescate de ese sonsonete
que dejaste morir en la piel de un delirio





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