sábado, 4 de febrero de 2017

MI PAZ

MI PAZ
Harto hasta las caimas de la paz
entera la caca de las cloacas propagandas me he tragado
allí donde cultas y elegantes pajaritas pescan
oro líquido en sus trasmallos bienpensantes;
champañas burbujeantes se elevan por las redes
y en copas inanes la esperanza se escancia
estrujando el aire enrarecido en el galope de la sangre;
el miedo aún no ha domeñado sus caballos
y el pienso humilde aún no aprende a fertilizarse
en respuestas del eco que emerge de ese túnel vacuo
televisando los bollos sociológicos surgidos
en la digestión de un banquete inopinado, empero opíparo:
Oportunidad calada en sirope de si-pero,
emprendimiento fermentado en agua de estirpe,
letra menuda con vanidades en almíbar,
ignorancia trufada con chispitas de bohemia,
desdicha suavizada con vinagre de crimen organizado;
postres a elegir: Fraternidad flambeada en ron con leche de secta,
vicio afrutado con derecho constitucional,
sangría contractual con gotas amargas tributarias
paciencia de pobre a la berenjenal…
Yo tenía mi paz de Primera comunión
y la llevaba a pasear con su misal gentil;
yo abría mi ventana de paz generoso-solidaria cada día
y entraba su sol de sonrisal ingenuo
y calentaba cartas que enviaba sin membrete de gremio
a los altos escaños para el pie estrato bajo
partituras de proyectos para el uso de su música ilusa
a tocarse con fruición en el desconcierto general:
 sonado su sonsonete ya en todos los Testamentos.
Pero me volvieron bandida mi paz y marrullera,
mi paz se estudió, curriculum al uso, gusano-parásito
y se graduó sin honores al secreto aplauso;
y empezó a dar declaraciones mi paz
para psiquiatras preñados por el desprestigio
y escondió el rubor mi paz
en los cuencos de la moda
y ella al modo de mofeta se meó en la fe…
Así que ya no es comible la carne de mi paz
aunque vejez y muerte estén diciendo lo contrario.





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