LA PROSA Y LA ROSA
Yo soy Clavel,
Yo soy Azalea,
Yo soy Anturio,
Yo soy Agapanto,
Soy Girasol,
Y yo soy Dalia,
Yo Jazmin,
Y yo soy Magnolia…
Estaban bebidas
Todas las flores en una calle
De la vanidad
Y disentían
¡Tanta competencia!
Y tanta indiferencia
¡Tendremos qué destacarnos!
Somos tan finas
Pero, ¿cómo hacemos?
Ya nos imitan todos los olores
Y ya de loores
a los dioses no damos
Insignias. Y vieron de pronto, al lado
A la Rosa con sus espinas
Tan sola y tan prostituida
Y, tú, ¡por qué no dices nada!
Oh, lo siento, amigas
Es que desde que el amor verdadero
Bajó a la tumba,
Para rescatar su presa imagen
De las garras de la loca lira de la risa,
Envidia; su yo y mi yo;
Y que viera a mi héroe dejar su cabeza
En cualquier parte,
r-feo, Orfeo, pues los dioses son regicidas,
Entonces, que la pobre rosa ya no es por sí misma,
Es por-la-prosa,
su savia, su sangre
Lo que camina… del Todo, centro y caminos…rosa
Y, de entre una grieta de los muros de la realidad
Un ejército de flores minúsculas,
De esas que pisan la hormiga y el viento declina,
Dijeron, nosotras, ¡qué pena!
Vivimos para echar nuestro néctar
En las raíces de tan noble estigma.
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