sábado, 17 de marzo de 2018

PARA EL EPITAFIO




Yo no quiero un puesto en la historia
yo quiero una gran cuenta en el banco.

Yo no quiero una reputación de rey
quiero un trono en tus orgasmos.

Yo no quiero una gran educación
quiero modales dulces de fusil de asalto.

Yo no quiero un tesoro de rimas cada día
quiero un ciervo de conocimiento para mi hato;
y que al final queden sólo las cornamentas
embistiendo la envidia de tanta carne sabia
[donada a los gusanos
y que en la pared del viento las cenizas
de los que se entregaron dóciles a los hornos
que nunca confesaron
que freudiana la piedad científica consentía
si es carne que se pudre la de tu hermano
por qué no habría de ser comestible y estimular la economía
en embutidos de humano” y que diga
«El fantoche que aquí yace tenía algo
que queríamos y no pudimos arrebatárselo»
el epitafio.

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