viernes, 7 de octubre de 2016

Hueso y gota


Ama mi hueso la gota
porque de ella vino la carne
cuando a punto de estrellarse
de nada pasó a pezón
y dio, con la teta, abrigo al hambre
Desde entonces la piedra odió
su condena a ser escalera
pero fue más fuerte la estrella
lejana horadó, de luz
el ojo y las hifas del hongo
se puso a hablar con Dios
acerca de la mierda rumiante
y Él, como que era Dios
transformó la sintáxis
se apropió de los tiempos
con-jugó  al pensamiento
Yo, que le-eché del corazón
no puedo negar de la leche el milagro
todavía descifro el crochet
con que la hierba teje
en los cuatro librillos
estómago, panza, además de cuajar...
Todo por una muchacha que pasó
avasallada al manubrio de la lluvia
mientras moto-r desafiaba la piedra
 

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