jueves, 20 de febrero de 2014

POETAS ACTUALES

POETAS ACTUALES POETAS DEL FUTURO
Ay, poetas actuales
que igualáis con melladas vueltas de tuerca
el parangon secreto que juega
nobleza con inteligencia
con la inglesa llave que te-mió
en olvido de la esencia
¿creéis que así ostenta el peldaño pobre
blasones de bajeza?
¿no os habéis dado cuenta
que pequeñas criaturas
y musgos y líquenes
hacen vida en la madera muerta?
¿sentís así, torciendo la ley
con fractal compás de geómetra
que sois el dedo del padre Abraham
mojando de Epulón la seca boca
porque descubrís que recostado
el secreto del vino en la tristeza del corcho
su muerte de alcornoque no denuncia
el acomodo de tus modos?
¡Ah, pero alcanzáis, poetas logrones!
que al otro lado de la línea
en la cruz sin César de la moneda
el pobre escaño capitule
de sus particulares rosarios
que cotidiana, secreta,
 reiteradamente reza
con su cantilena antigua:
Ma-icita, mazorquita
que tan linda siempre está
en su pelo en su capacho
en el heraldo alado de sus brazos
águila balanceada en el cielo de los justos
que al espantapájaros logra cosechar
las ilusiones de la vara en el vaso de la luz
y empacáis al vacío la teoría
de que estética sin billetera
quimera siempre será
y entonces el nombre de la efigie
el hilo de seguridad
que dice no es falso el billete
a la verdad le explica
que el amor se alimenta en el de-talle
no en la gorda incertidumbre
que menea el rabo
 a la luz ultravioleta
y no le deja agarrar a las vírgenes podridas
que confiesan
que es rico el olor del sexo
y no el incienso público que hace venias
a la pureza de las cuentas
que las hacen vati-leakear.
Ay, señores poetas oficiales
en esta puta tarima declamo
a sus muy respetables in-diferencias
y mi reclamo no es a la cuenta,
es al cuento del halcón que me asombra
y por venganza desgracia no hace sombra
a un sol extraño que se hace llamar fe,
señora tan sencilla que conversa
con la muralla que no por ser de poetas 
de suburbios es canalla
y que anuncia que
“también se cansan las princesas de tanto cuento”
y el poeta viejo refuta, experto
no por viejo sino por afecto
que es que no son verdaderas princesas
pues en este mundo desnudo
todavía las hadas tienen sus travesuras
                                               de niños ilusos
por más que el señor condón
con-don del señor compre su aljaba
de posmoderna mano que se alza
para decir: ¡Yo quiero!
entonces dice el reality show:
muéstrame tu fe sin obras
que yo con mis obras mi fe te muestro.

Ay, poetas del futuro que no atináis
a descifrar los avisos
que rezuman en pintura
de sintácticos sin tacto
“¿quién me cuida de los que me cuidan?”
y un tractattus transeúnte os anuncia
el río descubierto y no escrito
que tras un escritorio un pobre escritor atisbó
y que no podría cartografiar a ciencia cierta
geógrafo alguno
por más que la malicia le dotase con doble porción
de aquí hasta el paraíso:
cuidar no habla de la guardia
habla de la cura, de los mimos
que no todos los curas usan;
en cambio si dijese:
quién me cuida de los que me vigilan?
diría del agua clara que brota
entre dos ríos por una sola gárgola
de la que sólo lame una lengua pura.

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