MARCOS
DE UN MARCO
Aquel
esperaba con ansiedad en la prestigiosa empresa Tele-lifes
el día de
cada semana en que ella venía para enmarcarla en su máquina de
prodigios a distancia. Este con igual ansiedad esperaba a que su
silueta de artista que enmarcaba mientras cantaba su mirada equívoca
con risa inocente y una mueca piadosa en la patética imagen
manoseada del Cristo crucificado, fuera enfocada, para él enfocarla
en sus más recónditas cámaras. El satélite que había duplicado
su vida útil gracias a la emocionante inquietud de cada semana que
desde una latitud remota y siempre distinta, recibía órdenes de
enfocar sus antenas para enviar informes de la prestigiosa empresa,
recogía, combinaba e indexaba cada marco en su frío enfoque de
marco.
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