jueves, 18 de agosto de 2011


SONETO SIGLO XXI
(A Fernando Londoño Hoyos quien instigador perspicaz,
se convierte en catalizador efectivo)
Sé, noto que está el antí-Lope buscando
el senote que le de de mamar poesía
porque de tanto llorar que solo musa es porquería
yo, lo inútil de tanta arquitectura voy probando

De sólo sentir el asalto del Espíritu
hay ya una casa construida, con el cordel dispuesto
que no diga el tambor lo que es esto
pero que diga el corazón del ímpetu

Va erigiéndose mientras el masón extiende el compás
y su tercer ojo maquina la fanfarria del engaño
y cuando él tiene lista la fachada yo ya estoy soñando

Así, pues que entre gacela y poeta van ordenando
la vaca que soneta no tiene teta de paz
y el ternero se estremece de calostro caldeando.


II
Que la piedra angular de los preceptos
que el metro, consonancia, que la música;
que el sudor, que las lágrimas, no sin pedos
el artista, su torre y sus adeptos, qué furrusca

Vayamos nosotros livianos resortes
con doña Gracia y don Empacho hasta los gozques
ellos con antaño lenguaje, hogaño tocan palitroques
de latido y de ñarrido hasta los bordes

mismos de cuando un mago soplara sobre el barro
y ahora que somos más bit que pito
aunque se para en medio de cualquier pitorrito

No me atormenten más que por soneto finiquito
y a la pobre dicha le dieron por remanso carro
que ni taxi ni goleta veleta de capricho.



SÁBADO SABATO
7:30 A.M.

Sábado Sábato:
despertar a la urgencia
de estar cerca del túnel
de ir a revolcarse
en la maraña verde
antes de ser larva sapiente
de noticiero nocturno
“hagamos algo sólo espíritus”
saltando líneas
marca el ávido milímetro
virgulilla tejida de hilos
de seda de araña de ansia
en “El hombre sin atributos”
mientras ese misterio de-morarse
pretende di-si-pación
en el juego enamorado de las zarzamoras:
te quitan el sombreo garras diminutas
y una bandera de camouflage
se tiende al pic-nic
de fornicarse al símbolo
con una legión de hojarasca
que cobija al inocente
para que el cielo no mire.
“Sobre Héroes y Tumbas”
se pasean las eras cretácicas
antes de comprender
el número absoluto
del azufre
pues el “Artista Adolescente”
todavía duda
acerca de la intemporalidad
de lo cursi
así que la última pincelada
no está de más
ni el último desconcierto
es lo de menos.
Villamaría, abril 30 de 2011
7:30 p.m.

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