jueves, 15 de noviembre de 2018

313 PALABRAS SIN TÍTULO




¿Quién te dijo que eras un barco?

Si más bien eres un mar, peleando

En la multitud de mares de las formas del barro,

El barro tiburón, el barro ballena, el barro pájaro,

Imagen y, ¡qué risa!, semejanza de Dios,

Cuando un retrato tan raro solo se fija en el papel de la nada.


¿Quién te dijo que eras un barco para tirar todo por la borda?

Si el maderamen ni siquiera es oleaje,

Apenas carcoma después de un viaje fantástico

Al que lo llevó el manual de instrucciones de la norma,

De la mano de la letra de la ley,

Saltando con el muñón engendro el abismo de la posibilidad

Para caer con otro pie llamado dualidad en la playa del sueño;

¡ay!, marrrrr, muerte principiando movimiento, m-a-r

Que a la borda divorciaste del bardo, ese extraño pájaro

Condenado a vagar para vivir de la caza de rimas,

Esas pequeñas serpientes sin vocación de cefalópodo

Antes bien de ramaje inaudito, invisible

Por contra de esas pobres aves de cetrería,

Presas en jaula de la prosa,

A quienes sacan cada día a homenajear al sol del dios dinero

Y a predicar su fáctum

Del cada-ver que aún no nace en la carroña, cadáver

Donde la rosa toda es de la sangre del universal Orfeo

Libre de la maldición del espejismo llamado infierno.


¿Quién te dijo que eras un barco para salvarte?

Si eres al tiempo la sal y el lavado, salvado

Pez ido de la red, redimido

Que al final fue presa de la zoca de la cosa

Y en el aliento del asco siempre caes, redivivo

Aspirando al sacerdocio del pringo de la pringamosa

Hecho ahora, bit, anomalía o algoritmo

-antaño milagro, duende, brujo-

Y que del mismo hisopo bien y mal asperjes

Depende todo del cebo y del anzuelo

Lógica y sentido haciendo de mosca y centro

El sentimiento, ese remolino.



No hay comentarios:

Publicar un comentario