lunes, 11 de diciembre de 2017

COSECHA


Cosechar los frutos de la cólera
Triste es reconocerlo
El camino tantas veces recorrido
Sí lo conocías
Después de caer rendido
Esa cama cansada y sin sueño;
¡Pero, un momento,
pequeño señor saltamontes
Sabio saltarín de florecidos abismos
Sí, recogemos como esclavos el desparrame
Que siembra aquí y allá la circunstancia
Le servimos, reina tirana
Más, cuando le llovemos hacia arriba
Y hacia adentro
Ella no sabe que esa araña hambrienta
Va aporcando de espiga en espiga
Los hilos del deseo, ese sol ciego
Da agujas a la rueca y besos
Y picoteos de cuervo sobre la nuez
De la muerte argucias de simio
Cuando pone a hablar el piojo de la amada
Con el fuego de la silenciosa roca
-¡piojo a la plancha!-
Que quieta y ufana va huyendo de la gota
Hasta que un orgasmo da a luz
En un vientre que no estaba preñado
Ni en celo, sólo siendo igual que la nube
Que inspira amores y madrigales
Al loco aliento de un dios en desvarío.


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