jueves, 26 de octubre de 2017

CENIZAS

CENIZAS

“Mas un otoño tras otro
despoja del follaje a los árboles soberbios”
Adam Zagajewski
Mi pelo ayer amaneció más cenizo
seña del fuego en que se hoya mi ego
y no era reflejo del cielo que aunque plomizo
era negación del miedo
del día en que los trucos del calentamiento
echen a andar los bizarros duendes de la sequía
la sed de sentimiento;
era, más bien, alegría que no latía en mi pecho;
era la podredumbre de saberme bajo la égida de los malditos           
era saber que hoy día cuando las manos llenas [y los mezquinos
de la luna, con escaso éxito barren de nubes su piso
y ciertos juglares del silencio anuncian
que está batiendo la nata que dará punto de vidrio
para agasajar a ciertos invitados esta noche,
el vecindario me roba hasta la dulce alegría
de tomar el tibio sol sentado en la acera
mientras afuera ellos cantan sus tonadas
y bañan de afecto a sus buenos perros
y los poemas chinos leídos por poetas polacos
después de mil años venden su pregón
de cómo trabaja la muerte
dando pequeñas probadas de incertidumbre
endulzada en hastío
y robando la sabiduría del diario contento
del asombro de que después de tanta experiencia
con el desengaño aún haya alguien viviendo
y siga cañando con los poetas la apuesta
de cuándo son verdaderos y no apuestan al premio
y nadie les sopla que a los poetas no se les premia
por las tristezas, por la emoción o por la inteligencia
sino por el poderío de enredar la pita, esa otra política
más irrisoria que la de los políticos
pero más divina que la de pastores y curas
que también en círculo vicioso giran
el cheque chimbo para comprar el amor
que si fuese sincero no tendría interés
pero si fuese pobre perdería imán y prestigio...
Ayer más cenizo amaneció mi pelo
y no hay tinte ni tinto ni tinta
que le ilusione bailar de nuevo
aunque fuera para aparecerse ante sí
con los falsos bríos del exceso: de ejercicio, de vino, de seso
es que se va extinguiendo el volcán
y me estoy cansando de farrear
con mis únicos amigos: Los muertos
que me loan y me felicitan y me dan licores finísimos
y escancian jóvenes ausencias y actualizan
viejos “Miércoles de ceniza”
con Seamus Heaney a la cabeza como prueba
de que esta noche no querremos asistir a la fiesta
que darán el cielo y su dama
a los locos, a los enamorados, a los amortajados en subasta de feria
pues al “Buen entendedor” no le hace falta
“Mística para principiantes” de Oktoberfest o invierno.


                                                                               Plenilunio, octubre 2013

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