miércoles, 26 de julio de 2017

TÍA


LA TÍA

Cómo decirlo
las diez leguas a la frontera
sobrevinieron como un deslave?
¿supo de pronto el nido ufano arriba del árbol
que una enredadera en la ventana puso su mano
y ahora la estrella, la sonriente, la cálida,
la cantarina, la que saltaba charcos estalló en enana?

Decir que es raro
que ahora las flores abran sus pétalos
para incitar el canto del pájaro
y que más bien se evaden como los brillos
del pez delante de un zarpazo;
iré a decir de una buena vez que la indeseable tía vino
de visita pero va a instalarse
-confesaré que trajo un presente
un cartel con caracteres extravagantes en la frente
entre maduro y decrépito sólo hay un paso”-
contra voluntad o contra ley
mostrándome la cédula actualizada en la arruga?
¡Que se vaya al carajo!
Va a depender de mí
de como paladee y pinte de colores su sucio vestido renqueante
de cómo la envíe a llevarle al asqueroso mundo mis albricias
de desprecio, mis venenosos pasteles pacientemente horneados
de cómo el niño insolente va a recibir el estallido del globo
en la cara, lleno de agua, de la dama,
la elegancia, largamente disimulada
¿cuántos tronos de triquitraques vamos a conquistar.
Es obvio, que tienes todas las ventajas.
O vamos a irnos juntos a bailar el borbotón de los gusanos?
Muchacha.




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