viernes, 28 de julio de 2017

PAISAJE CON LIBÉLULA



Una libélula y un carro hablan
-no, no es el auto fantástico-
de cara al sol, por estos pagos
donde está entapetado de mierda el asfalto
y el silencio habla con las cigarras
de todo lo divino y humano

  - oye, un carro debería ser de alta alfa
  - no, es que quien maneja tiene el en Dios me cago
  yo apenas soy un pobre reflejo de un delirio griego

y la libélula que es transparente abanica el aura
del conductor que acaricia la nalga de su novia con ruedas
mientras con aire de suficiencia maldice en voz baja
el maldito que me rayó la pintura del guardabarros
entonces los números empiezan a sentirse incómodos
en la billetera de aquel ego plástico
cuánto va a ser el desfase de esta semana
para el tiro en la frente del muy tieso y muy majo?
Más resulta que la libélula ya fue a llevar el chisme
al antro donde está la sede de los nano-amos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario