(desde la
azotea)
A: Fernanda Trías
Antes
de ayer de una semana que ya olvido
Vino
a mi puerta y golpeó, un espíritu
Como
es profunda y obscura mi cueva
Con
mil recovecos y peligros
-para
mi mismo-
Entonces
fue complicado y tardo
Recorrer
el camino
Para
ir a mirar por el ojo mágico
Que
va hasta el pequeño rayo de luz
Desde
el abismo
Y
cuando pude colegir que no era duende, ni brujo
Ni
vampiro
-al
menos brujo antiguo-
Ya
estaba sentada en el desván donde recibo
Las
argucias
Es
mala la luz de mi guarida
Por
eso se pudo llegar a pensar
En
un momento dado
Que
era una arpía
¡peligro!
Porque
en clave griega
Las
arpías son diosas astutas
Además
de vengativas
Pero
resultó que era una dulce ninfa
Graduada
en
la facultad de la publicidad de las poéticas
entonces
cuando me miró a través del velo
pár-pa-dos, para
videntes ciegos
me
dictó un poema:
«Algo otea
desde la azotea
¿quién, A o
Z; las dos juntas resueltas en O?
¿será un
azote de la tea; acaso una llama niña?
¿acaso era
más bien que miraba hacia la terraza;
Acaso la
raza-terra indagando de las letras
inconsciencia
El enigma,
viene y va y en la azotea
Se cuecen
potages de buen ver al paladar
Mas, para
dar digestión ojos niños
En cuerpo
adulto ¿qué jugos?
Que vates
habrá que batir
Repartir que
insultos de faltriquera
Inane una
constelación dice:
Mama de mi
leche lejana
De ella te
nutro»
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