viernes, 2 de mayo de 2014

MURO DE LAMENTACIONES

MURO DE LAMENTACIONES

Dejo desbarrar mi ser y me embriago
para no caer –del todo- en el infierno virtual de la lucidez  
estoy en el lado invertido del muro de los lamentos
quiero decir, del lado donde exudan aún los muertos
sus tristezas de no haber vivido y haberse ido
por contra del sabio que dijo: La peor enfermedad, la vida
este sitio que queda en las antí-gonas de Jerusalén
no, no da descanso
y aunque mi talón oprime un fresco hatillo
de sangre de dinosaurio que se ha puesto a mi pies
inopinado transparente  llora agua dulce y fresca
su química resurrección de maleable suerte
las agujas del cielo le han clavado la noche última
no hago caso, destapo mis alcoholes que bebo
y me plastifican los dolores y las muertes de cada instante
se arraciman a conversarme las uvas de sus combustiones
sin rumbo, sin ganas las oigo cantar en mi sangre
sus himnos antiguos hasta que recalo en la vieja Vía Apia
esa tumba viva donde se instala el jardín infantil “Ilusiones”
otra vez el duende risueño se apodera de mis ansias serenas
y toma el timón:

¡al diablo!

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