sábado, 7 de enero de 2012

RESACA DE REYES

MIRANDO DESDE LA VIDRIERA

La ternura de los gozques que caminan de la mano de un alma compasiva no es la misma que la ternura de los bosques inspirando un alma incomprendida; sencillamente porque la ternura de un alma compasiva se pasea por las calles de la extra-vagancia, en tanto que la vagancia de un alma incomprendida se pasea por los caminos extras de la ternura.
Uno podría llegar a ser el gozque esmirriado de un alma linda o podría simplemente ser el admini(s-trí)-culo extravagante de una vanidad femenina.

* * *

CORRIDA

Hay días en que uno siente
ya ir buscando las tablas
y torbellinos de espontáneos
que se ofrecen
para aplicarnos el verduguillo de gracia.
Sólo que como el circo no es redondo
como en las arenas feriadas,
sino como las faldas
de la rosa de los vientos:
arriba, abajo, a un lado, al otro
al cepo del amor, a la liber-ansia...
y nos amor-cillamos en el tedio
hasta que pasa un ángel liberador
que nos saca la espada...
y volvemos vivos a los corrales del absurdo
a rumiarnos el chicle seco de la esperanza.

* * *

La vio tan bella la noche
que por vez primera
la luna aceptó su derrota
y se puso en sus orejas
en forma de perla;
entonces se necesitó otra noche
y otra
para escuchar a su lengua
en su oído,
como una caracola
en otra caracola
que está celosa:
pongamos a nuestras lenguas
a jugar “la lleva”
y que corra el agua
de ola en ola
y que el mar de los saludos
se sale de sonrisas
o que el aire de los ceños
se hastíe de señoríos;
no te preocupes que yo
me dejaré coger
cuando te esté persiguiendo
en la cueva
en tanto nuestras decencias
vecinas comen helado
en cualquier cucurucho de barrio.

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