domingo, 15 de enero de 2012

PASEO A LA WILLIAM JAMES POR EL CEMENTERIO INFORMATICO

Era casi seguro que ella entendería el arte y lujo que existiría tras el artilugio de decir: que ir-a-verl-(e) era la razón misticamente enrevesada de la actual popularidad del nombre VALERY O VALERIA. Pero estaba seguro de que sabría entender, y de hecho le gustaría, que se hincara delante de aquella pequeña a la que ayudaba a cuidar a su madre para decirle: "Señorita Valeria ya que usted y yo nos caemos tan bien, me gustaría intentar persuadirla de aceptar tomarnos un helado bajo este sol esplendoroso que le hace honor". Pensó que no habría forma inmediata de compartirle la nueva impresión excitante que tenía de que no en vano Paul Valery llevara ese nombre y hubiese escrito cosas como "Política de la Poesía"; más abrigaba una ilusión apasionada de que el tiempo y el trato le daría el modo de aplicar toda su fuerza interior infectada de decepción y desprecio a aquella juventud desbordante de ternura.
Calculó que sería muy improbable que según el estado de cosas, y que el poeta del "Cementerio Marino", que muy seguramente estaría deambulando por los jardines floridos del cementerio informático ayudando a combatir diablos traviesos y estimulando novedades que edifican el rancio romanticismo del espíritu, mediaba como quizás medió cuando había entendido lo que al pasar por su lado el día anterior le dijo: "Adios flor de alhelí, si no se sonríe es porque me quiere a mi" y se volteó con un gesto digno y swutilmente sorpremdido; esataba esperando que quizás la fuerza del momento equivocara la reacción debida, para lo cual tenía también swu lógica: "...y si se sonríe es porque se deslíe.
(continuará)

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