sábado, 1 de octubre de 2011

TIERRA AFUERA DE TIERRADENTRO


Aquí habla Aleyda Nadiefue
la-ley-ida, vocero del país del siempre más
llegada con el simple asentimiento
de la turbamulta-voluta llamada voluntad
que por alguna razón injustificada sabe
sin saberlo que tiene mucho de cierto
lo que un día dijo un tal Platón:
“¡los poetas mienten demasiado!”
y no es que mientan los poetas porque sean malvados
es que los poetas nos frustramos cuando no nos saben amar;
entonces hablamos del sufrimiento
el mal mejor repartido
como quien toca la flauta frente al viboral
y entonces recordamos los magullados espinazos
de llevar a cuestas tanto muerto
que no sabe enterrar a sus muertos
tanta rabia acumulada en el tiesto comunal
Qué no nos digan los poetas
que es verdad que el pueblo manda
porque de ser cierto ya habría mandado las leyes a cambiar
por otras más atinadas o más delirantes, no lo sé
pero por más equilibradas,
esa porción a mi me la dan.
La dignidad de ígnea-edad
la ostentamos en nuestros callos
y en nuestro callar
porque sabemos que el grito
viene siempre desde un sitio terrible
que nosotros tendemos a acariciar
cuando los sabios no traen su sabiduría
a los agrestes sitios
donde la ciencia no sabe desyerbar
vosotros buscáis ponerle esposas
o lazos sutiles:
dinero, espejismo, teatro del ideal
nosotros le enredamos el bucle:
gracia, sacrificio, angustiada sonrisa
del más allá
desterrar el ocio y la molicie sin Prozac.
Así que no me inmortalices con tus cantos
que ni siquiera a mis oídos flacos
llega el eco de tu universalidad
yo con mi romero miro mi Homero
y con el saboreo el pellejo asado
que tu gusto delicado no sabe desollar.

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