Caído de dónde las cometas se atreven
Mi hilo en un rosedal ¿de Silvio, acaso?
Las furias no lo quisieron
-muy humilde tendría que ser
una mente
Para espíritu de hilo de cometa en esta corte
Y rara tan temeraria, dónde las águilas y los dementes-
Y ni modos de invocar a Felisberto, viejo amigo
Para tal rosedal, ahora que espinas y sangre tejen
A tenor de yemas un tapiz triste, sinfonía de viejo
Imposible tanto sacrificio ya para tanta distinción
Tendría que tejerse una trama nueva
Con niñas no tan tontas pero sí más nobles
Y soplar otros vientos en otros humos y otras suertes
Pues no es nada, espinas, nicotinas, piano fortes
Sacar de la oficina a esa malvada vieja llamada Historia
Ladrona en el despacho que Poesía administra
A expensas de la mafia filantrópica la malicia editorial
El cielo verdadero, las cometas verdaderas, los baremos
Con otros simulados muñones se defienden
Furias, que los aúlicos de tus lóbulos con la lengua no os
soplen
Pues no saben ellos que dejan arras en el errar los
narradores
Y en cambio, escupe luz el verso en el barro del ciego.
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