viernes, 4 de diciembre de 2015

CONSUMING POETRY TWENTY CENTURY HOLLYWOOD

Buena, mal-par-ido
ahora perteneces a la gran literatura
y solo te has gastado 13.99 euros
buena combinación de vicio y dinero
¿para un año? No lo creo,
aunque sí
hilar artimañas lleva su tiempo
sin dejarse llevar por la eu-furia
más ¡ah!, el piñón se lubrica
mientras se oxida el cerebro
y probado está que no tienes SIDA
pero el procesador ¿es algo más
que rayas en su punto
de glucósidos, de fos-fo-lípidos
de infartos, de neuro-anales-hijos?
¿sabes que a tu agente literario
le importa un pepino
que te quedes con el cordón del ego
enrolado en el ver-go
mientras euro y honores con tu editor
le ponen sombrero a los hijos
tuyos y los de aquel otro libro
que se olvidó del papel
y recita su número sin telepronter
ni corrector de estilo?

El diablo sonriente os pone a preguntaros
¿cuál es el que está perdido?
So-dí, Dios

II

¡He llegado tan lejos!
desde que la flauta de Hamelin
echó a las ratas del pueblo
y no me lo creo, pero sí
porque ahora vivo, sin saberlo
en el evangelio de los hombres de negro
cucaracha niña me hablas desde la música
paseándote por mis dedos y mi muñeca
de bits -que mezcla los ecos-
sin solfeo mi flauta dulce toca
y me avisas del nicho que tienes puesto
con tus huevos -también babosos-
bajo la piedra de sílice y pro-cesa-dor
pero no me cuentas de los orgasmos
que tienes con el miedo y la maldad de algunos...

Perdón, cuca-ra-chita
tengo una cita con Oscar en The holly motors
como arma llevo una nota antigua
en clave de canción
Blind-faith.


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