ESPEJO
Él al espejo hoy se miró
¡como así, pendejo, que no te gustás!
Y entonces tomó su acento circunflejo
Y empezó a hostigar
Como si él, el espejo, al-la
— ¿Te gusta el color camarón de tu pellejo?
— No se puede negar
— ¿Es sobria tu boca y amiga de esteta?
— Con la noción perdida de esa belleza,
debo aceptar
— ¿Aún con miopía y estigma puedes besar la luz de los días?
— ¡si es ella la que me mira ¿de qué Edipo me debo amputar?!
— Y aguda todavía para hendir el aroma
¿tu espuela del águila quisieras cambiar?
— Ni falta me haría porque mi flor única signo de olor no necesita
En este barrial
— Ay, te pierdes, humano, aun que te doy la mano
— ¿Acaso es que mancha obscura a tu faz quieres trastocar?
— No, no, por amor de cualquier dios. Es que el rostro y el gesto
Que dentro siento que llevo no se refleja en tu espejo
Porque su belleza interior en la fachada mía se supo conjugar;
Así que no te esfuerces benévolo espejo en podar mis pelos
Ni acicalar tu destello
Que aquí adentro todo es Luz
Que no puedes agarrar
A menos que la traigas
Y la dupliques en mi hombro
Y si nos ves darnos un beso
De mirada en ruina te vas a quedar
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