Dicen por ahí que la curiosidad mató al gato. Curioseando por ahí, me dí perfecta cuenta de cómo la corriente se lo toma a uno y no lo suelta haciéndole pensar que "bota corriente" y que se hace más feliz, o que alimenta ese monstruo llamado EGO, dejando el Ser de lado como sucedáneo de estar deviniendo. Frases como
No me hables que te estoy olvidando, que eventualmente pueden convertirse en un arroyo de contraataques, y el deseo de estar en todo, nos hace pensar en los crecientes ataques de apoplejía, los infartos cardíacos, las solturas de la cadena y otros males menores que se disimulan en automátcos de primera calidad. Prefiero el clásico no todo lo que uno tiene que oír tiene que ser agradable y soportar, por ejemplo, que l digan a alguien que podría ser uno, desde lejos y al oído:
¡Qué pesar!, por mil cosas de las que uno puede o no aprender, ignorar, deprimirse o refugiarse en su bien amoblado interior que tiene hermosos paisajes ganados a fuerza de consultar el oráculo de Delfos y que la Pitia propia acompaña y consuela. ¡QUÉ MIEDO TWITTER! YO TAMBIÉN TE ESTABA OLVIDANDO
No hay comentarios:
Publicar un comentario