martes, 24 de febrero de 2015

¡QUÉ MIEDO TWITTER!


Dicen por ahí que la curiosidad mató al gato. Curioseando por ahí, me dí perfecta cuenta de cómo la corriente se lo toma a uno y no lo suelta haciéndole pensar que "bota corriente" y que se hace más feliz, o que alimenta ese monstruo llamado EGO, dejando el Ser de lado como sucedáneo de estar deviniendo. Frases como
No me hables que te estoy olvidando
, que eventualmente pueden convertirse en un arroyo de contraataques, y el deseo de estar en todo, nos hace pensar en los crecientes ataques de apoplejía, los infartos cardíacos, las solturas de la cadena y otros males menores que se disimulan en automátcos de primera calidad. Prefiero el clásico no todo lo que uno tiene que oír tiene que ser agradable y soportar, por ejemplo, que l digan a alguien que podría ser uno, desde lejos y al oído:
¡Qué pesar!
, por mil cosas de las que uno puede o no aprender, ignorar, deprimirse o refugiarse en su bien amoblado interior que tiene hermosos paisajes ganados a fuerza de consultar el oráculo de Delfos y que la Pitia propia acompaña y consuela. ¡QUÉ MIEDO TWITTER! YO TAMBIÉN TE ESTABA OLVIDANDO

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