RECONVENCIÓN
Usted
dispense, señorita
más
debo informarle que el aire de este día
se
siente terriblemente ofendido
de
que usted esté actuando como su espejo.
Aprovecha
usted, señorita
que
hay nubes grises sobre el cielo,
sino
los cuchillos del sol la denunciarían
que
tiene carne moldeada sobre esos huesos
y
no esa atmósfera fantasma
que
vuelve ciegas las formas
y
pone a los colores de las pasiones a pelearse
acerca
del por qué no pueden
holgarse
en su reflejo;
y
entonces las discusiones
de
las fuerzas vertiginosas que somos
y
que no pueden seguir su camino
porque
se quedan adheridas en su sortilegio,
hacen
que mi voz se asombre
de
quedar tatuada en una nueva memoria
que
asume el rostro de un eco infame
donde
se ofrece a la venta a todos
la
música de la ignominia.
disculpe
usted, señorita
pero
es que la plástica
medianamente
inocente
de
la lycra que la lleva
no
me deja guardarme a decirle
que
nos ha herido la luz filosa
de
su sexo.
***
LICORES
Es
motto que
tomo el mosto
danzarín
gnomo en la cuerda
temblorosa
de la sangre
poniendo
a psique de
expectante espectador.
¡Bah!,
bermejo reflejo de burdel
-dice
el vodka-
yo
soy el destello del diamante
pulido
en las altas cumbres
donde
se calienta el frío
y
el rey Misterio trabaja tranquilo
en
el ordenador.
Pero
yo soy quien te ordena el ritmo
-interviene
el ron-
de
mis dulces cañas de hojas cortantes
escancié
la sangre
destilada
en el brío del corcel
y
ahora saco a la luz pegasos sin dioses
y
Hércules inmortalizados
sin
Tántalo ni azar.
***
SHAKESPEARE
Ay,
la marcha de los siglos
avanzando
solemne y misteriosa
en
un ilustre impostor:
El
conde de Oxford
que
a un pobre bardo sin bártulos de actor
enjaezó
con los más altos actos y los más trágicos
que
pasión humana jamás pintó;
y
que una distinguida envidia: El fraude
canónicamente
en psicoanálisis legalizó.
***
VINO
JOVEN
Ay,
vino joven, mi joven vino
que
ya viejo en mi intestino
se
pregunta:
¿cuando
iré a re-suscitar?
pues
no hay vendimia en la billetera
y
la levadura no espera, sola
en
un tibio hogar.
***
LEJOS
DE MI
Hoy
estoy tan lejos de mi
que
el aire que me entra como ají
[por las orejas
y
el fruncido ceño
que
la pestañas-cejas
quieren
saber si están vivas
o
ya están pululando las larvas
me
dice: ¡Aprovecha!,
mira
cómo
te soplo al oído mis dulces marchas
y
tú, ahí, impasible
escuchando
la música de los muertos
que
no terminan de enterrar a sus muertos
porque
aún creen poder revivirlos
en
sus obras.
Tú,
que estás ahí
escuchándote
que es cierto que
“afuera
tu no existes, sólo adentro”
pero
esa verdad lo es
sólo
cuando vas siendo
no
cuando estás
porque
eres como un río turbulento
extasiando
una estrella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario