miércoles, 21 de marzo de 2018

PAÍS MENTAL - PAÍS GEOGRÁFICO




Puesto que el plástico y la piedra tenían un vínculo bastardo
por el cual se hace diferente mi país mental del país geográfico
ay, mi paraje prójimo, ese nudo de piedras que quiere ser nudo de víboras
y que empinado en las fauces del caimán en actitud gaya
inconsciente volando en el humo del guarumo,
mi pobre otro Yo enmonstruado en los dientes del maíz
máscandole a dentelladas el tabaco a su tatarabuelo maya;
ay, mi país, al que nunca la madre europea ilustrada
en la arcilla noble le dio a beber la borrachera plástica
sólo el fado y el fardo, a fe-que-ardo, moral, de estéril rabia,
una cruz de fijar con clavos
no un homo luminis destellando los brazos de Leonardo
en todas direcciones, voló y no se ha dado cuenta de ese salto cuántico
-ah, el árbol tiene que mamar su leche de espejos
[colgados del estúpido clavo del tiempo-
pa'sí mi pobre país aún no trabaja ahora que hay cosecha de promesas
y la subienda de lenguas boquean desesperadas las miasmas de aparente calma
el colmillo huérfano se lanza a inocular su veneno de hambre creyéndose unicornio
da palos al árbol de pan que ha de alimentarlo mañana
cuando los abuelos hayamos enterrado la quinta generación dichosa soñada
ataca en turba el mercado, la institución prostituta le hace asonada
a su madre que ya tiene un plante aunque no sea cortesana
y se llena las manos y la boca de gula lasciva,
quiere devorar cada uno por su cuenta y falo la Fe-del-ARCo-putovoltaíco
que trabajó para todos en barro y bala por cincuenta años.

Ay, mi país mental no se parece a tu derecha de imitación

Hoy, país geográfico que está importando el país emputecido de Bolívar
para rescatarlo, piensa en lo bien que barrió la pobre escoba Escobar
quién montado en su anaconda ideal, pensando en tus hijos y en los míos
conquistó el reino del ahora, el reino mental, el reino del quiero sin fe
sin mentira, sin moral de código esclavo; reino del ahora que se llama dinero
con el que se montan todos los tinglados de protocolo y de corte ecuánime
de rostro sereno, que mueve en el corazón los hilos que riegan la sangre en diferido
que pone a la culpa a trapearle el piso de los motivos
razonables, tan astutos como una fisura en el dique, dile a tu pobre país mental
que empiece a mirar por probar de lo que hay nuevo, de lo que saborea abajos
ya que lo enquistado no sabe votar más allá de lo mismo ahíto de arribas


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